Mi querido ahijado, recién hoy tuve tiempo de leer con mucha tranquilidad tu relato sobre el Mono -tu querido Papá y mi adorado amigo - amigos por más de 50 años, no es poca cosa ¿no?. Muchas de las cosas que él dejo en vos, también quedaron en mi. Es maravilloso y emocionante hasta las lágrimas que un hijo hable así de su Padre. Te quiero un montón Ale, un gran abrazo.
Mágicamente nos habíamos reencontrado, yo sabía que estabas mal de salud, por lo que me alegre al leer en tu facebook que estabas mejor, que solo había sido un susto.
Cuando leí este mensaje sentí algo muy profundo, sentí que el libro que escribí sobre mi viejo había calado en vos, como caló en mi escribirlo y saber que mis palabras tocaron tu alma.
Horas más tarde me enteré de tu partida e instantáneamente sentí el cierre del ciclo. Estas últimas palabras que fueron tu despedida, y saber que el último libro que leíste fue escrito por mí me resulto muy fuerte, sentí que algo de mi energía había llegado a la tuya, y se estaba yendo con tu espíritu a fundirse con tu alma.
Yo me forme de tu energía, mi espíritu creció en tu esencia, en nuestro encuentro de almas crecimos y vos le diste cimiento a mi materia. Fuiste un referente aceptado, y lo que aceptamos lo creemos, y lo que creemos lo creamos.
Si vivo en una casa con jardín es por tu influencia. Por haber caminado por la quinta pisando el césped mojado tantas mañanas de verano.
Si en mi casa se respira el mejor aire de Buenos Aires, es porque lo respiré cada amanecer que compartimos en “EL ENCUENTO”
Si mi casa tiene pileta es porque vos siempre nos esperaste con el agua limpia de la tuya para que en ella encontremos el regocijo que necesitábamos, la contención que necesitábamos, y la distención.
Si mi casa tiene parrilla es porque disfrute de tus asados, aprendí de tus trucos, porque al igual que vos abro mi corazón para que todos disfruten un buen momento.
Si tengo moto es porque de chico disfrute recorrer el pueblo en la de Pepe, y ahora disfruto recorriéndolo con mi hija, y en cada paseo el obligado paso por la quinta.
Si además de todo esto vivo en General Rodriguez, es porque fui ahí donde aprendí a disfrutar de la naturaleza, de la simpleza de la gente de pueblo, de las noches llenas de estrellas.
Fuiste quien puso el pecho para quien lo necesitaba, como fuiste también el tipo bueno de corazón gigante que invitaba a todos a disfrutar la vida, a cagarse de risa.
Fuiste Quien me invitaba a pasar los veranos en su quinta, donde siempre la pase muy bien, disfrutando cada instante, cada día.
Recuerdo despertar en el galpón y al salir recibir el saludo de Rasputín, Brutus y Victoria. ¿No crees que será por eso que ahora tengo 3 perros?
Recuerdo llegar al quincho y verte sentado, tomando mate, leyendo el diario, y al encontrarme escucharte decirme “Que haces gordito, ¿dormiste bien?” con la ternura y el amor de padre, esencia siempre presente en tus abrazos y en tu mirada.
Vayan a la pileta !
Déjense de Hinchar las pelotas !
Más allá de las palabras, lo que en tu voz sonaba era el amor.
Imponías sin imponer.
Eras sin pretender.
Sentí y siento que tu energía ya está entre nosotros, que ya es parte del aire, del fuego. Que estas dentro del amor.
Sé que en mi cuerpo grabe características del tuyo.
Sé que también desde mi espíritu buscaré tu luz.
Has cumplido fielmente con tu misión en la tierra.
Fuiste padre de muchos, y padrino de todos.
Fuiste un perfecto representante de Dios.
Cumpliste con tu rol. Realizaste tu misión.
Descansa en la gloria que alcanzaste, en la gloria que te supiste ganar.
Ya nos necesito verte, aunque quizás cada tanto busque tus fotos.
Sé que ya estás en mi corazón porque así lo siento, porque te abrazo, porque te escucho, te escucho decirme “Gracias gordito” con una sonrisa traída del cielo, y con un abrazo digno de Dios.
Te veo sonriente, contento, te siento realizado. Diciéndonos: “Déjense de joder, vayan a la quinta a comer un asado.”
Vivirás en cada peceto que intentemos asar.
Vivirás en cada vino que descorchemos, en cada burbuja de champagne con el que brindemos en tu honor, cada vez que recordemos tu cuerpo y le demos gracias a tu alma por habernos acompañado.
A la memoria de:
Reynaldo Alberto Peralta
Mi Padrino
QEPD
Alejandro Flores
29 de Julio de 2011
8 comentarios:
Ale, me enteré por tu blog q Reynaldo se fue al Cielo.En cada relato de Tu Viejo me volvía parte de esa Banda.Cierro los ojos, recuerdo su sonrisa gigante y sus enormes abrazos de oso.Mañana la clase se la voy a dedicar a Él. Nunca me voy a olvidar q le dije "Cómo consigo 1CámaraTV Pro?" Él dijo "la necesitás, la tenés" Q mágico el día q me prestó su Nikon y encuandre tembloroso esa Cena, Q TIPO GENEROSO ME TRATO COMO UN GRAN AMIGO. Gracias!!! Diego
La Luz nunca se apaga , cuando queda encendida en el corazón .
Hermoso Ale! gracias por describirlo tal cual ES! besos!
Gracias por compartirnos estos momentos especiales. Ale NAMASTE. :)
muy lindas tus palabras Ale, muy emocionante leer lo que escribiste, te mando un beso enorme
Ayy Ale, que lindo lo que escribiste de mi papá. En verdad hay algo maravilloso que nos dejaron nuestros viejos y es esta hermosa familia que somos!
Te quiero mucho!
Vale
hermoso que compartas asi el "dolor". Besos
que belal forma de honrara la memoria de tus seres queridos-----con--afecto
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