Si me siento en el jardín puedo ver los pájaros que siempre están, picotean en la tierra buscando alimento, son siempre más o menos los mismos, pero cuando arrojo semillas aparecen muchos más, llegan de todas partes, incluso algunas especies que no suelo ver a diario.
Cuando salgo a caminar veo gatos que andan por el barrio, si coloco recipientes con leche vendrán a beberla, y si repito esa rutina cada día se acercarán buscando leche.
Los pájaros no vienen porqué me quieren ver, vienen por el alimento que pueden encontrar. No les importa quién lo arrojó, donde lo compró ni cómo obtuvo el dinero. Lo mismo sucede con los gatos, y aunque tal vez ellos me vean de un modo diferente y empiecen a confiar más en mí, si dejo de poner leche dejarán de venir y me seguirán viendo cuando pase caminando.
Nuestros vínculos se sostienen en lo que damos y lo que recibimos. Algunas veces creemos que ciertas personas son amigos, aunque en realidad solo se interesan por lo que les podemos dar, y cuando ya no tenemos la posibilidad de brindarles eso que querían recibir de nosotros, el vínculo se rompe y las personas se alejan.
El punto está en separar la paja del trigo, en saber realmente quienes son las personas que están con nosotros por amor, y quienes lo hacen para obtener de nosotros algo que represente un beneficio, ya que de ese modo podemos saber quiénes nos rodean y evitar desilusiones que nos hacen sentir mal.
La vida nos acerca y aleja vínculos que nos corresponden en cada momento para que vivamos las experiencias que nos corresponden, todo es perfecto, todo es como debe ser, incluso las desilusiones son útiles para comprender, para observar, aceptar, perdonar y ser.
Somos lo que somos, damos lo que podemos dar. En cada etapa, en cada vínculo. En cada relación.
Ale Flores
5 de marzo de 2022
La Merecida
Living
No hay comentarios:
Publicar un comentario