Ha llovido.
Abundante agua cayo sobre la
ciudad y los campos de Buenos Aires.
Los charcos de mi jardín prueban
la veracidad de mis afirmaciones, el barro de las calles, las veredas sucias
testifican lo que digo.
Pero debajo de la tierra,
manantiales se nutren con aguas puras caídas del cielo, aguas que elevaremos
con bombas y usaremos para bañar nuestros cuerpos, cocinar alimentos, regar
plantas.
Manantiales de vida se nutren
con estas lluvias, manantiales que debemos cuidar, ya que son fuentes de vida
para nosotros, para nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos.
Ahora no llueve, pero el cielo
permanece nublado, se anuncian más lluvias para los próximos días.
La lluvia es vida, y
purificación. Seguramente en la provincia hay lugares inundados donde nadie
quiere lluvias, si las reciben espero que sean de bendiciones para que pronto
puedan salir adelante, y para que todos tomemos conciencia de la necesidad de cuidar
los humedales, los cauces de las aguas, los suelos, para que seamos conscientes
de cuestiones que muchas veces no tenemos en cuenta, el planeta es nuestra
casa, y es la única herencia que podemos dejar.
Ale Flores
8 de Julio de 2017
La Merecida
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