Me hacia mal saber que estaba retirando vida, seres vivos, les pedi disculpas, los bendije para que evolucionen en mejor vida.
Los retire.
Prepare la tierra removiéndola, arregle las plantas que habían sobrevivido al descuido y coloque plantas nuevas.
Les di la bienvenida, las regué y comenzaron a crecer.
Ya disfruto nuevamente del placer de comer una ensalada de mi propia huerta.
Hoy recordé a esas plantas que retire, volví a sentir algo de culpa hasta que sentí que mis guías me decían ¿y si fue Dios?. Me concentre en ese contacto y me dispuse a escuchar lo que los guías me querían decir:
¿Y si fue Dios quien te guió a hacerlo?
El desea que te sigas purificando y parte de esa purificación implica que consumas alimentos puros, que consumas alimentos bendecidos. Que sientas gratitud al momento de comerlos, al momento de disfrutarlos.
Si bien siento que las plantas que retiré sufrieron, comprendo también que no hacerlo impedía realizar el plan divino y era a la vez permitir que esas plantas les quitaran la vida a las que proporcionan alimentos, abandonando de ese modo la huerta para siempre. Sin embargo el plan debía concretarse, la depuración era necesaria.
En los cambios que estamos viviendo hay grandes procesos de depuración.
Muchas veces no comprendemos esos procesos y sufrimos, sentimos dolor, pesar por lo que sucede o por lo que creemos que sucede.
Nos cuesta preguntarnos:
¿Y si fue Dios?
¿Y si todo es parte de la perfección que nos da vida?
Cuando nos separamos de la divinidad juzgamos, tarde o temprano comprenderemos, cada uno a su tiempo, a su modo y viviendo las experiencias que correspondan.
Dios esta ejecutando su plan.
Todo es perfecto.
Aceptemos el plan de Dios y démosle gracias.
Despidamos a quienes se retiran con amor y bendigámoslos desde el amor de Dios.
Aceptemos que todo es perfecto.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia vos.
Soy Reiki
Yo Soy
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