Recién lave mis pies en un charco producido por la lluvia que comenzó ayer.
¡Que tormenta más maravillosa!
Fue una cortina de agua, una cascada natural que cayo del cielo.
Hubo mucho viento, las ramas de los árboles se movían y los relámpagos mostraban imágenes maravillosas del entorno, los rayos surcaban las nubes. Los truenos hacían vibrar todo.
Algunas ramas sucumbieron, en su caída arrancaron otras que no soportaron la embestida.
La lluvia fue persistente durante toda la noche, incluso continuo durante la mañana de hoy.
Paro de llover a las 8, en el momento en el que estaba a punto de comenzar a meditar en un sitio alternativo, prendí un sahumerio, comencé a respirar y paro de llover.
Tome mi hamaca, la silla que uso para meditar, mis libros, mis cosas y aquí estoy, ya hace mas de 40 minutos que estoy, que soy en mi templo.
Realice mi meditación Mercabah, camine descalzo por el césped mojado, contemple la maravillosa imagen de las gotas de lluvia que quedan sobre las hojas de los árboles, particularmente me maraville con las que quedaron sobre los pimpollos y las hojas de los rosales.
Cuando me ubiqué en mi espacio todo parecía una postal, el movimiento era mínimo.
Era como si el universo estuviera relajado después de una gran descarga.
Las lluvias son como llantos, como liberación de emociones retenidas, y yo ayer lloré. Lloré como hacia mucho tiempo no lloraba, llore como durante mucho tiempo no lo hacia, como me lo permití, como lo necesitaba.
Lo necesitaba.
Fue un llanto con tristeza, pero también con alegría, fue un llanto de liberación, de sanción, fue un homenaje a la vida, un reconocimiento a la vida, fue lo que tuvo que ser.
Ahora sale el sol, ya sus rayos se reflejan sobre el césped, un poco de viento sacude las ramas y produce las caídas de las ultimas gotas que aun quedan sobre las hojas.
Los charcos lentamente se están achicando.
La tierra absorbe esas aguas puras, esas emociones puras.
Todo ahora esta limpio.
Los pájaros se bañan en los charcos que quedan.
Mi perra camina cargando su pesada panza y los atraviesa.
Moja sus patas en esos charcos. Se sienta a lo lejos y me mira, se recuesta sobre el césped y me mira.
Vuelvo a contemplar el presente.
Vuelvo a estar en mí.
Vuelvo a estar en paz.
Vuelvo a nacer.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia vos.
Soy Reiki
Soy
Gracias Viejo, por tu presencia en mi vida, por tu compañía en mi vida, por ser mi guía en la vida.
Ale
¡Que tormenta más maravillosa!
Fue una cortina de agua, una cascada natural que cayo del cielo.
Hubo mucho viento, las ramas de los árboles se movían y los relámpagos mostraban imágenes maravillosas del entorno, los rayos surcaban las nubes. Los truenos hacían vibrar todo.
Algunas ramas sucumbieron, en su caída arrancaron otras que no soportaron la embestida.
La lluvia fue persistente durante toda la noche, incluso continuo durante la mañana de hoy.
Paro de llover a las 8, en el momento en el que estaba a punto de comenzar a meditar en un sitio alternativo, prendí un sahumerio, comencé a respirar y paro de llover.
Tome mi hamaca, la silla que uso para meditar, mis libros, mis cosas y aquí estoy, ya hace mas de 40 minutos que estoy, que soy en mi templo.
Realice mi meditación Mercabah, camine descalzo por el césped mojado, contemple la maravillosa imagen de las gotas de lluvia que quedan sobre las hojas de los árboles, particularmente me maraville con las que quedaron sobre los pimpollos y las hojas de los rosales.
Cuando me ubiqué en mi espacio todo parecía una postal, el movimiento era mínimo.
Era como si el universo estuviera relajado después de una gran descarga.
Las lluvias son como llantos, como liberación de emociones retenidas, y yo ayer lloré. Lloré como hacia mucho tiempo no lloraba, llore como durante mucho tiempo no lo hacia, como me lo permití, como lo necesitaba.
Lo necesitaba.
Fue un llanto con tristeza, pero también con alegría, fue un llanto de liberación, de sanción, fue un homenaje a la vida, un reconocimiento a la vida, fue lo que tuvo que ser.
Ahora sale el sol, ya sus rayos se reflejan sobre el césped, un poco de viento sacude las ramas y produce las caídas de las ultimas gotas que aun quedan sobre las hojas.
Los charcos lentamente se están achicando.
La tierra absorbe esas aguas puras, esas emociones puras.
Todo ahora esta limpio.
Los pájaros se bañan en los charcos que quedan.
Mi perra camina cargando su pesada panza y los atraviesa.
Moja sus patas en esos charcos. Se sienta a lo lejos y me mira, se recuesta sobre el césped y me mira.
Vuelvo a contemplar el presente.
Vuelvo a estar en mí.
Vuelvo a estar en paz.
Vuelvo a nacer.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia vos.
Soy Reiki
Soy
Gracias Viejo, por tu presencia en mi vida, por tu compañía en mi vida, por ser mi guía en la vida.
Ale
1 comentario:
"Lindos mensajes" pero muy anonimos...
Porque no mostras tu vida real, tu nombre real?
Grazie!
Baci,
Carla
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