¿De que sirve ser terapeuta si no analizas lo que a vos te sucede?
Muchos de nosotros, los terapeutas tratamos de ayudar a los demás, desde ya que eso es mas que loable y necesario, ya que sabemos que dando es como se recibe, por lo cual, cuando sanamos a un hermano sanamos nuestras propias patologías, (lo semejante atrae lo semejante).
Pero ¿que sucede si nuestro cuerpo se enferma recurrentemente?. ¿Si tenemos problemas para dormir?. ¿Si no podemos dominar nuestras emociones?. ¿Si nuestros sentimientos nos dominan?.
¿De que sirve nuestra maestría si no la aplicamos en nosotros?
Hay mucha gente que necesita que su maestría sea reconocida, necesita sentirse superior al otro, establecer una barrera entre alumno y discípulo, sin embargo he observado casos en los cuales los “discípulos” tenían menos patologías que los “maestros” y en muchas ocasiones los roles se invertían naturalmente.
Creo que lo importante no es saber si uno es discípulo o maestro, creo que todos somos maestros y todos somos disipulos, ya que de todos podemos aprender y a todos les podemos enseñar algo, que es muy importante que sepamos que en cualquier lugar y momento nos podemos encontrar con alguien que con una palabra, una mirada o un tratamiento sea este de reiki o lo que sea puede ayudarnos a reencontrar el camino, a ver la luz, puede iluminarnos para que veamos la realidad. O podemos ser nosotros quienes logremos eso en otros.
Cuando comencé a dar Reiki en los intercambios a los que asistía, uno de los maestros que nos guiaba nos llamaba a todos "maestro", yo con apenas semanas de mi iniciación en el primer nivel me sentía alagado al recibir semejante rotulo, me costaba asimilar el reconocimiento de ese referente hacia mi y la ternura con la cual lo hacia.
La explicación no tardo en llegar, como así tampoco mi comprensión sobre lo que hoy expongo.
Todos somos maestros, basta que decidamos asistir a otros para que aparezcan quienes necesiten nuestra asistencia, nuestros canales se abren cuando hacemos esto y nos encontramos hablando desde un conocimiento que nos sorprende a nosotros mismos.
El tema es que muchas veces eso que decimos o recomendamos a otros es exactamente lo que nosotros mismos debemos aplicar en nuestras propias vidas, sin embargo no lo hacemos. Terminamos comprobando que estamos dentro del dicho popular “has lo que yo digo pero no lo que yo hago”.
Este mensaje no intenta lastimar a nadie, para nada, intenta simplemente que cada uno de nosotros, en el nivel que este, sepa que todo lo que hagamos, todo lo que aprendamos es para sanar nuestras propias patologías, nuestras propias enfermedades físicas y mentales. Que es maravilloso que difundamos y apliquemos el conocimiento que vamos cultivando para asistir a otros, pero que nuestra principal misión es con nuestro propio ser.
Cuanto más luz nos irradiemos a nosotros mismos, más podremos irradiar a otros, sanándonos a nosotros sanaremos también a los demás.
Durante algunos años, sentí que los intercambios de Reiki eran el escenario que necesitaba para sanar mi cuerpo y sanar a otros. En aquel entonces estaba leyendo metafísica 4 en 1 donde refiriéndose a Jesús Conny Méndez decía que a su paso sanaba, es decir que la gente se sanaba de verlo, de escucharlo o en algunos casos bastaba solo que Jesús los tocara para que ellos se recuperaran de graves dolencias.
Sentí que ese era el camino, sentí que mi camino era saner por medio de la presencia, de la palabra, y en solo en algunos casos, por medio de la imposición de manos.
Hoy son muy pocos los casos en los que paso Reiki tradicional Usui, generalmente lo hago solo con migo mismo. Pero intento irradiar luz con cada una de mis palabras, con cada una de mis miradas, en cada una de mis actitudes.
El camino de los terapeutas que hoy están pasando Reiki de manera tradicional es maravilloso, es parte de la misión que están haciendo en la tierra, pero es necesario que sepan y que desde sus interiores conduzcan sus destinos a ser sanadores desde la presencia, desde la luz, somos faros, somos vértices energéticos de dios, somos subestaciones de luz. Debemos crecer en la luz para asistir a otros, sin que esa asistencia requiera de elementos externos como camillas, sahumerios, sirios, músicas, etc. Todo este apoyo sirve hoy y sirvió en el pasado, pero para lo que viene tenemos que ser iluminados, tenemos que ser canales, sanar con el abrazo, con la mirada, con la caricia, con la palabra, con nuestra calida presencia.
Vivimos en un mundo donde habita mucha violencia, este mundo, esta casa que amamos necesita de nosotros, necesita de seres de luz irradiando luz, necesita que en donde estemos haya un faro de luz, un vértice. Somos eso, nos preparamos para eso durante muchas encarnaciones, pedimos volver a este tiempo espacio para hacer nuestra misión, para iluminar e iluminarnos, seamos entonces honestos con nosotros y con el resto, crezcamos en la luz desde nuestra propia sabiduría, llevemos luz a nuestras mentes y a nuestros corazones para que esa luz nos sostenga y podamos crecer y seguir irradiando más y más luz.
Los diplomas que acumulemos en esta encarnación desaparecerán en la próxima, como sucedió con todos los que obtuvimos en las vidas pasadas, asistimos a cursos o seminarios y sentimos que eso que escuchamos ya lo sabemos, es por que lo estamos recordando, es así, claro que ya lo sabemos !!!, hemos sido maestros en otros vidas, pero nacimos sin diplomas, ¿de que nos sirven los diplomas ahora?, nos sirven para creernos maestros y para que otros nos crean, pero esta estructura es tan endeble que se derrumba si no aplicamos en nosotros el conocimiento. Si no ejercemos nuestra propia maestría, la maestría interior, la que nos permite crecer en dios, crecer en la luz.
Depende de nosotros.
Lázaro levántate y anda.
Se tu misión, hace tu misión, sana tu cuerpo y tu mente, sanaras a tus hermanos, a quienes amas, ellos crecerán al verte crecer, comprenderán al comprenderte, verán que lo que decís y lo que haces esta en la misma línea, comprobaran que lo que decís es real por que verán los cambios en vos, te verán con más luz, más relajado, más entregado al amor real de dios, a la abundancia real de dios, a la paz real de dios.
No acumules diplomas, se luz.
Gracias por estar.
Mi amor de dios hacia vos.
Soy Reiki
Soy Alejandro
No hay comentarios:
Publicar un comentario