El antahkarana es un símbolo en constante movimiento, aunque sea difícil de creer por la mente humana, el antahkarana fluye constantemente.
Al observarlo durante unos minutos en meditación profunda se comienzan a distinguir formas geométricas, figuras, números, letras e infinidad de cosas.
El símbolo es de gran poder y explica la llegada “del padre” y su energía.
Desde lo más profundo del universo ingresa en la atmosfera, recorre los cielos y se une a la madre fecundando “el hijo”, este puro se solidifica en la tierra.
El espíritu santo se eleva por sobre la tierra y en la atmosfera se une con “el padre” y “el hijo”.
Son 3 cuadrados en los cuales habitan los 4 elementos.
Los 3 son iguales aunque en diferente posición.
Lo cual al formar parte del todo demuestra que el poder es el mismo, solo depende del enfoque, es decir hacia donde dirijo el poder.
Los 3 parten desde la energía del todo y se unen en perfecta armonía, armonía que se solidifica desde lo más profundo del todo.
Nota de la meditación:
Bueno, termino de hacer una meditación profunda observando el símbolo Antahkarana. La pude hacer y doy gracias. Ha sido una tarea difícil la de hoy, una gran prueba para mi mente terrenal. En esta meditación sucedió de todo, sonaron las sirenas de los bomberos, motosierras, hachas, perros, de todo sucedió a mí alrededor. Voces, aviones, autos, motos, todo.
En mi interior o desde el dolores corporales, sobre todo en el pecho y en la espalda. Observe gran conexión en los mantras. Sentí que cada chakra recibía la energía del símbolo y la solidificaba.
He experimentado un estado profundo de meditación como quizás nunca antes había logrado, un estado de plena conciencia del YO SOY. Doy gracias a mis padres terrenales y al universo, a los familiares desencarnados y encarnados, a mis maestros encarnados y desencarnados, a mis compañeros de curso y de la vida y por sobre todo a mi familia que auspicia estos espacios, que lo acompañan que lo viven. A mi mujer e hija que se unen conmigo en la llama trina del YO SOY. A mi perra que me muestra por los ojos el estado de mi ego, a la casa que dios me dio para vivir esta experiencia, a los árboles los que desde la solidificación en la tierra me ayudan a elevarme hacia el cielo. Al césped que se recuesta sobre la tierra como un manto de sanación, al cielo que me muestra su pureza y paz, su profundidad y comunicación. A los frutos que nos muestran las emociones de la vida y nos permiten sentir sus gustos. Al agua que fluye pura y sana desde la tierra, a mi mente por permitirlo, a mis genes por grabarlo.
Así como los hongos crecen en la humedad que representa lo terrenal impregnado de emociones, estas pueden ser o no venenosas, lo mismo ocurre con nuestros pensamientos, la naturaleza representa el todo, desde las emociones más bajas hasta las más elevadas.
Todo es importante y nada lo es, dependiendo del tiempo y el lugar.
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