Hay veces que en el momento en el que estoy viviendo algo siento que tengo que escribirlo como un modo de eternizar ese instante. Siento también que tengo que vivirlo y no pensar en escribirlo ya que eso me retiraría se ese presente que pretendo eternizar. En esos momentos sé que en algún momento llegará el momento de escribirlo, pero dudo de mi capacidad para redactar lo que realmente siento, lo que profúndame quiero transmitir, pero lo intentaré. Me pasó ayer. Volvía manejando por la ruta 28 con July que había rendido un parcial que la tenía muy nerviosa y le habían ido bien, había cobrado algo que tenía que cobrar y con eso terminaría de pagar todo lo que tenía que pagar por haber iniciado un nuevo mes, era viernes, volviendo a casa me vi junto a mi hija, conduciendo un auto que funciona en perfecto estado, con mi familia y yo gozando de buena salud, y sentí un estado de plenitud tan grande como pocas veces en mi vida, me emocioné, July no lo noto, le toque la pierna porque necesitaba que esa sensación emocional también fuera algo física, pensé que en 2 años y medio se recibe, que esos viajes ida y vuelta a la facu pasarán como pasa todo en la vida, y tal vez con un poco de egoísmo quise eternizar ese momento, ese estado en el que todo estaba bien, todo está bien, ella relajada por haber rendido, yo relajado por haber podido afrontar todos mis gastos, emprendiendo un fin de semana en el que nos vamos a poder relajar. Esa sensación de saber que todo está bien, que el auto funciona y en la metáfora del auto subiendo toda la vida que me rodea y late adentro de mi ser.
Espero haber podido ser un fiel escriba de lo que siento, de lo que vivi ayer, de lo que intenté eternizar en este texto.
Ale Flores
4 de junio de 2022
La Merecida
Horno a leña
Con Kika y Conny
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