jueves, 6 de diciembre de 2018
Para Marcelo Alejandro Acosta, que en paz descanse y que su luz nos acompañe siempre
La
sensación que siento en mi cuerpo cuando se acumulan las energías que tienen
que fluir en forma de palabras es hermosa. Tal vez sea el estado que algunos
definen cuando dicen sentir que les llegan musas inspiradoras con las que componen
sus obras. Yo las percibo como vibraciones, estímulos que necesitan
exteriorizarse y plasmarse en algo, en mi caso en textos, ya que mi naturaleza
se expresa de este modo, escribiendo.
Esa
sensación que esta mañana se hizo muy fuerte se une a otra que vengo
experimentando desde hace unos días, ya que desde hace una semana tengo muy
presente en mi mente a Marcelo, mi amigo que hoy hace 9 meses partió de
este plano.
Marce está
intentado transmitir a través mío un mensaje, eso es lo que siento, siento que
necesita mi cuerpo, mis dedos galopando sobre el teclado para expresarse.
Siento que quiere pedirme que diga en su nombre que no abandonó a nadie, que él
está más presente que nunca junto a todos sus afectos, que vela de cada uno de
sus seres queridos para que no les falte nada, como hizo siempre, como hará
siempre.
Me dice
que sabe que se acercan las fiestas, el tiempo en el que cada familia se reúne
a celebrar la navidad y el año nuevo, que lamenta saber que su familia estará
incompleta y que su ausencia al frente de la parrilla y de la mesa familiar
se hará notar, como se hace notar en cada segundo de nuestras vidas, eso lo
angustia y no lo deja descansar en paz, eso le genera culpa por haber partido,
pero nadie puede volver el tiempo atrás, por eso quiere que sepamos que él
estará en las mesas de todos los que alguna vez le abrimos la puerta de
nuestras casas para compartir con él las navidades, que estará junto a cada ser
que alguna vez le abrió su corazón.
Marce
partió, y con su partida se fue algo de cada uno de nosotros, pero también fue
mucho lo que sembró en mi y en todas las personas que supimos quererlo como se
mereció ser querido, por eso lo recordamos con el afecto que merece ser
recordado.
Ya ningún
6 será igual. Ningún día del amigo estará completo sin su presencia, yo perdí a
un gran amigo, tal vez el ultimo gran amigo que me regalo la vida en esta
encarnación. Todos perdimos algo, y él también. Pero también ganamos, ganamos
mucho, ya que en la tierra todo pasa, pero en el espíritu que es donde ahora
habita su energía, todo es eterno, y Marcelo brilla en la eternidad de la luz.
Algún día
nos prometimos mutuamente cuidar de nuestras familias si alguno de los dos
partía, eso honro día a día pensando en cómo hacer para asistir a Paola, a
Delfi y a Thiago para que no les falte nada. Para que tengan las mismas
oportunidades que mi familia, porque lo son, son mi familia ya que a todos nos
une el amor que supo sembrar mi amigo Marcelo.
Para
Marcelo Alejandro Acosta, que en paz descanse y que su luz nos acompañe
siempre.
Ale Flores
6 de
Diciembre de 2018
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Ale Flores
Soy Reiki
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Ale Flores
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