martes, 7 de noviembre de 2017
Por mi negra, y por todos los perros del mundo
Me emociona recibir todo el
amor que me mandan por la partida física de Felicia, es una emoción que se
junta con toda la que vengo sintiendo desde la primera vez que escribí sobre
ella. Cuando pedí energía para elevar sus vibraciones y tantas personas de
diferentes ciudades se sumaron para enviarle amor.
Tal vez sea un hecho inédito
que tantas almas unan su energía en post de un perro, una perra viejita de la
provincia de Buenos Aires. Yo sé que ella recibió las vibraciones que le
mandaron, lo note en sus cambios, en su mejora, pero la vida dispuso que todo
fuera del modo que fue, ella debía partir, finalizar su paso por la tierra con
ese cuerpo ya cansado. Ahora duerme en el lugar que le armamos con el mismo
amor con el que cada día la íbamos a buscar, la levantábamos y la ayudábamos a
caminar. Estuvimos pendientes de ella full time, y si bien fueron momentos
difíciles, se que tanto Serena como yo desearíamos saber que nos está esperando
en el lavadero o que es hora de ver si come un poco más, pero ya está.
Por mementos me veo reflejado
en las imágenes de las películas en las que los actores van al cementerio a
remover las tierras tratando de ver nuevamente a sus seres queridos. Por
momentos la ausencia es tan profunda y dolorosa como el filo de un puñal. Es
que es así, “el amor cuando se va es el filo de un puñal, si lo abrazas
te lastima, si lo ignoras duele igual”, (como escribió mi viejo hace
años en una de sus canciones).
Había decidido no escribir nada
esta semana, tampoco publicar textos nuevos, hacer el duelo en la compañía
silenciosa de quienes me acompañan hasta que las energías me obliguen a volver
a escribir, y eso pasa ahora, a pocas horas de publicar el texto con el que la
despedí, y es porque las muestras de amor que recibo son tan fuertes que hacen
que mis dedos se muevan solos sobre el teclado haciendo salir palabras que ni
siquiera pienso, que fluyen, como fluye el amor cuando lo dejamos fuir.
Felicia descansa en paz, su
cuerpo se esta fundiendo para siempre con la tierra que la vio crecer, que la
vio ser madre y amortiguo todas sus caídas, pero su alma es una con todo los
perros del mundo, y cada vez que acaricio a sus hijas Kika y Conny, o le doy un
beso a Uma siento que ella recibe ese estimulo de amor, por eso me he propuesto
nunca más ser indiferente al sufrimiento de un perro, me he propuesto ayudar a
cada uno que se cruce por mi camino, tal vez como lo hice siempre, pero ahora
siendo consciente que en ellos esta Felicia, y que desde donde vibre su energía
recibirá como propio cualquier acto de amor.
Los invito a ser participes de
eso ya que desinteresadamente unieron su amor al mío, los invito a sentir en
cada perro, en cada mascota el amor que yo siento y sentí por Felicia, ya que
nunca me voy a arrepentir de ser su padre, más allá del sufrimiento, más allá
de la tristeza esta el amor que nos une y nos unirá por siempre, porque el
cordón de amor que me unió a Felicia cuando vi sus ojos por primera vez no se
cortara nunca, y sé que algún día, cuando me llegue la hora, Feli me estará
esperando como espero tantas veces que vuelva a casa, se que verla me dará
la seguridad que necesitaré en ese momento, la seguridad que tantas veces me
dio saber que ella estaba afuera, velando por nosotros, sabiendo que nunca
permitiría que nada malo nos suceda.
Nos amamos, y nos
correspondimos. Nuestro amor es eterno, y en ese amor siempre estaremos juntos.
Por mi negra y por todos los
perros del mundo.
Gracias.
Ale Flores
7 de Noviembre de 2017
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"Lo que del alma sale, al alma llega"
Ale Flores
Soy Reiki
"El amor es la religión de la nueva era."
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"Compartir lo que nos hace bien, nos hace bien de nuevo."
Ale Flores
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