Que Dios me conduzca al lugar donde debo vivir las experiencias que me acercaran más a la luz, que me conducirán nuevamente a casa, al padre, a él.
He sentido la paz de la sierras, he respirado el aire que llega desde el mar, he meditado en el medio de un bosque y sé que esa paz es la que quiero para mi vida, se que esa pureza es la que me merezco para sostener la paz en mi mente, y que de ese modo florezca el amor que habita en mi corazón.
Ya no quiero la competencia, no me interesan los logros terrenales, porque sé que son pasajeros, momentáneos, se que esos logros pueden perderse, solo quiero logros en el cielo, tesoros en el cielo que pueda compartir con mis hermanos, ya que los tesoros del alma son de todos, y al expandirlos regresan, regresan como regresa el amor que damos.
Respiro visualizándome nuevamente en Córdoba, en Atalaya de los Arcángeles, respiro y me veo caminando por las piedras, llegando a una cascada en el cerro Champaqui. Silencio mi mente y me conecto con la amabilidad de esas personas, con su gentileza, con su generosidad.
Siento que ahí no importan las noticias, siento que ahí los periódicos no tienen valor, el valor ahí lo tiene el reconocimiento que recibimos cuando somos bendecidos por la presencia de Cóndores volando sobre nosotros, el valor lo tiene el oxigeno puro que llega aromatizado por las hierbas medicinales con las que los Indios Comechingones sanaban y se sanaban. Ahí siento la unión con la sabiduría ancestral, siento la reconexion con mi propia esencia lumínica, con el chaman que habita en mi, con el sanador que soy y he sido en mis múltiples encarnaciones.
He vuelto a Buenos Aires, he retomado mis tareas aquí, pero estoy tratando de sostener el estado de paz que me dejo este merecido descanso, esta oportunidad que la luz me dio y que acepte de ir a lugares que toda la vida había soñado conocer, conduciéndome además de manera segura, fluida y armoniosa hasta el encuentro con seres de luz que me reconocieron como parte de la luz que ellos son, que todos somos.
No sé cómo será el futuro, conectare con el aquí y ahora para ser quien soy y proyectar quien seré, pero tengo claro que no soy el mismo que era antes de iniciar las vacaciones que acabo de terminar, se que este viaje sembró una semilla en mi, una semilla que necesitaba sembrar, y que su fruto es comprender que observar, aceptar, perdonar y ser son los pasos que debo dar, que debemos dar ya que son los que nos conducen a la iluminación.
Estamos en el camino de la luz, estamos retornando a la luz, la iluminación es la meta a la que juntos arribaremos, cada cual a su tiempo, por su camino, pero todos juntos unidos al mismo amor, el amor de Dios.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia vos.
Ale Flores
29 de Febrero de 2012
· Solo por hoy no te enojes.
· Solo por hoy no te preocupes.
· Solo por hoy se agradecido y humilde.
· Solo por hoy se honesto.
· Solo por hoy se bondadoso con los demás.
Ale Flores
Ale Flores
Yo Soy
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