Felices sueños

Llegaron los duendes, que llegan con las musas.

Son los ángeles que se escuchan, cuando queremos escucharlos.

Cae la noche, vuelve el frío, y en silencio las luces se van apagando.

Son horas que parecen instantes. Son momentos, que simulan eternidades.

Son paisajes de atardeceres tempranos, porque temprano, atardece el invierno.

Son tiempos que anticipan nuevos tiempos, tiempos de encuentros amorosos.

Tiempos de abrazos silenciosos, de silencio que hablan verdades.

Sin las noches que suceden a los días, a esos días que parecen soñados.

Son los tiempos de besos y risas, son los tiempos de bailes abrazados.

Siento el llegar del nuevo tiempo, más allá, de cualquier profecía, siento que vamos comprendiendo, el real camino de la vida.

Pasaran nuestros cuerpos por la tierra, cada uno dejara lo que ha sembrado, y seremos todos algún recuerdo, que sostenga lo que hemos dejado.

Y entre mis cosas quedaran mis escritos, mis palabras, los textos, las libretas. Las canalizaciones, los deseos y los sueños, las tristezas, la soledad en compañía.

Quedaran las energías sembradas, en los espacios que supieron cobijarme, en la tierra que sostuvo mis pasos, en la mirada eterna de mi madre.

Y será el encuentro con mi viejo, desde la esencia, con la que ahora en su esencia vibro, y será un abrazo eterno, que por siempre nos mantendrá unidos.

Pasa el tiempo, y parece que es la vida lo que pasa, mas la esencia permanece inalterable. Más allá de las perenne preocupaciones, más allá de las pequeñas ambiciones.

Veo el fuego encendido en las velas, que iluminan suavemente mi altar de fuego, solamente acompañado por mis perras, por los duendes, por los ángeles amados.

Ya es hora de volver a casa, de buscar el refugio del calor humano, de compartir la ultima cena del domingo, y descansar, para volver al trabajo.

Ya es tiempo de la común unión con la familia, la unión que unidos nos mantiene, he comulgado con mi espíritu en silencio, ya estoy listo para dejar este espacio, que es mi espacio sagrado.

Volveré, como siempre vuelvo, porque lo necesito, porque me espera, porque no siempre es primavera, pero el sol brilla dentro nuestro todo el año.

He venido a sacarle brillo a mi lámpara, la que soy, como hijo del gran padre, he venido para con él encontrarme, y que mi corazón su calor irradie.

He venido, un poco a despedirme, de este fin de semana tan perfecto, que contó con la compañía de mi vieja, que se quedo en casa con nosotros, y disfrutamos de poder acompañarle.

Han habido recuerdos, risas, charlas, sol, comidas en horno a leña. Han habido siestas y desayunos familiares, hemos compartido la vida en estos días, que guardaremos por siempre hasta que volvamos al padre.

Voy cerrando este momento divino, este instante en el que se detuvo el tiempo, siento el frío en mis pies, el sol se ha ido, ya es de noche y hace frío en Buenos Aires.

Voy cerrando, mientras se abren otras cosas, otros temas, otros momentos, voy cerrando, ya no queda ni viento, solo yo, el fuego y el sueño de mis perras, que descansan un rato, mientras escribo estas últimas líneas.

Digo ADios, sabiendo que es hasta luego, en una comunicación que se ha hecho eterna. Me despido muy hasta pronto, hasta que nuestras energías vuelvan a encontrarse, nos quedamos unidos en el universo, ya que es el mismo amor el que nos nutre, la misma energía la que nos sostiene, el mismo padre, el que nos hermana.

Buenas noches.

Felices sueños.

Ale Flores
5 de Agosto de 2012

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