Un padre que solo nos dejo amor

Recién me llamo Diego, Pinillos, Diego fue el asistente de mi viejo en la facultad, un hombre que supo hacerse un lugar muy importante en la vida de mi viejo, un chico al que mi viejo adopto como a un hijo, que lo quiso y le dio un lugar dentro de un ámbito muy importante para él. Hablábamos acerca de mi viejo y de las cosas que fueron importantes en su vida y en un momento me dijo algo que llego hasta lo mas profundo de mi ser.

Veníamos manteniendo una charla mas, una charla como las tantas que uno mantiene en el día, en este caso se daba cerca de las 18:30 de hoy, martes 7 de Junio y yo ya estaba pensando en cerrar todo y emprender el viaje hasta mi casa, cuando dentro de su verborragia Diego me dijo.

Hay cosas que los padres y los hijos no llegan a decirse, yo no se Ale si vos sabes lo que eras para tu viejo, tu viejo me hablaba de vos y me decía que eras como un angel grandote, alguien con quien cuando se encontraba sentía estar viendo a Dios”.

Continuo diciéndome “vos fuiste muy importante en la vida de tu viejo, él creció mucho espiritualmente a tu lado y siempre valoró tu palabra y tu abrazo”.

Misteriosamente la charla se corto y no pudimos volver a comunicarnos, él me dejo un mensaje en mi celular y yo al intentar llamarlo recibí como respuesta que estaba fuera de área de cobertura. Sin embargo creo que la conversación termino donde debía, para que yo reparara en estas palabras y desde la profunda emoción que me despierta este mensaje recordar que para mí mi viejo también era un angel grandote, que así lo veía cuando era chico, pude verme a mi viéndolo llegar, esperándolo detrás de la puerta cada vez que volvía del alguno de sus viajes para disfrutar de su presencia esperando que nunca más viajara, que siempre se quedara a nuestro lado, sabiendo que me gustaba muchísimo recibir los regalos que traía, pero mucho mas me alegraba verlo volver.

Creo que es la primera vez que siento que la emoción me quita inspiración, que las palabras dejan de fluir y mis dedos no encuentran razón para golpear sobre las teclas del teclado, pero si para reunirse y formando una mano limpiar las lagrimas que nublan mi vista y empapan mis cachetes, cachetes en los que tantos besos me dio, y solo queda el silencio, un silencio en el que siento a mi viejo feliz al saber que recibí su mensaje, un mensaje que me envió por medio de un querido mensajero, alguien a quien yo también adopte como hermano, que supe aceptar el lugar que le dio mi viejo y a quien puedo hoy agradecer que sea este puente entre mi viejo y yo.

El próximo lunes, 13 de junio mi viejo cumpliría 67 años, en diciembre compre un CD de Horacio Salgan pensando en regalárselo, él ya había fallecido, pero mi intención era no escucharlo hasta el día de su cumple y al hacerlo escucharlo con él, es probable que haga eso, pero de todos modos hoy hemos tenido algo mas profundo todavía, nos hemos reconocido ambos como ángeles en la tierra, el uno para el otro, como el mismo amor, como el amor que nos deja un padre, el amor que nos deja un padre que solo nos dejo amor.

Alejandro Flores
7 de junio de 2011

Al terminar de escribir me llego un mensaje de texto de Diego:

Es raro que no entre la llamada.
Ale vos estás escribiendo la Historia de un abrazo. Tu papá una vez me dijo: si tenés una esposa como Mirta y unos hijos como los que Dios me dió cuidalos. Son las cosas q te van a cuidar esos día. Sólo por Uds su sufrimiento fue válido. Ese AMOR POR UDS LO HIZO EVOLUCIONAR. Uds eran y son para él lo más importante. Vos Ale le enseñaste a caminar. Caminar en el sentido de la verdad de su corazón. GRACIAS. Diego