Lo veo a mi viejo en Paz

“El amor cuando se va,
es el filo de un puñal,
si lo abrazas te lastima,
si lo ignoras duele igual”

Esta es una de las frases que dejo mi viejo entre sus letras, esta es una de sus preferidas.

Cuando hablaba de “Pelear por la vida” contaba que en la letra original había puesto “…aunque en el camino que marque el destino yo pierda mi honor” y que al leerle el manuscrito a su padre, mi abuelo, este respondió, “nosotros no perdemos el honor, lo podemos arriesgar, pero perderlo jamás”, fui ahí cuando incorporo el único cambio que tiene esa letra quedando “…aunque en el camino que marque el destino yo arriesgue mi honor”. Esa fue una de sus letras más queridas y mía también, por cierto.

Esa letra fue para Carlos Monzón. Boxeador, quien fue su amigo, pero a la vez, esa letra describe su vida, la vida de mi papá y él lo sabia, cuando se lo dije comprendió que era así. Que describiendo la vida de un luchador, describió su propia vida.

En sus letras dejo frases, recuerdos, trucos, cosas de padre, cosas de hombre, de amigo, de esposo, de hijo.

No es simple el desapego, es una tarea difícil, si realmente amamos es difícil.

No pretendería nunca ser un ejemplo de lo que no soy, como tampoco siento que lo que soy sea un ejemplo, cuento lo que siento, lo que vivo. Como también puedo contar que mi conciencia esta en paz por saber que lo acompañe en todo momento, que siempre hice lo que sentí mejor para él, de la misma forma que él hizo todo por mi.

Apoyo a mis hermanos, a mi vieja, a mi abuela, apoyo a todos los que puedo apoyar, ya que todos vivimos el proceso. Intento explicarles que lo debemos soltar, para que de una vez pueda entrar en la gloria que se gano, y que disfrute de la paz de Dios. Siento que él también se esta despidiendo y sentir la angustia que por momentos persiste lo retiene. El como protector nos quiere proteger hasta de la angustia de su partida, y esa protección le resta paz.

Por eso lo voy soltando en este proceso que hoy cumple una semana, hace exactamente 7 días mi viejo partía. Pasaba del sueño pesado al sueño sutil.

Busque la paz toda la semana y la alcance, gracias a mis seres queridos y a mi propia búsqueda logre estar en paz, a pesar de una terrible contractura muscular que aun padezco pude lograr la paz.

Me conecte con mis espacios internos y deje que fluyan, me fui despidiendo, lo voy despidiendo con una sonrisa, como quien aplaude de pie a un artista que ha culminado su obra, su presentación y debe cerrarse el telo para que pueda descansar y disfrutar de la gloria de haber dado lo mejor de sí.

Despido a mi viejo de pie. Lo veo emocionado, feliz, lo veo melancólico, pero satisfecho.

Lo veo saludar sonriente a todos y a cada uno.

Lo veo hacer una reverencia con las manos unidas a la altura del pecho, extiende sus brazos y desaparece detrás de un grueso telón.

Lo veo en paz.

Lo siento respirando jazmines, su flor preferida.

Lo veo reencontrándose con amigos, con seres queridos.

Lo veo en paz.



Alejandro Flores
22/10/10

Lo veo a mi viejo en Paz