Adentro de nuestra piel habita
un vórtice energético que se expande por fuera de nosotros.
Esa energía se nutre del padre
cielo, y la madre tierra.
La energía que somos absorbe e
irradia todo el tiempo vibraciones positivas y negativas. Cuando
conscientemente liberamos las energías negativas al cielo o a la tierra nos
liberamos de ellas y los elementos de la creación se encargan de transmutarlas
en luz, en amor, en orden. Cuando esas energías negativas nos desbordan
impregnan todo lo creado en torno a nosotros y donde sea que estemos, todo se
vuelve más denso.
Yo enciendo velas en mi altar,
ya que en ellas quemo las vibraciones negativas con las que me nutro de las
noticias que leo, toda la violencia humana que recibo se transforma en luz al
contacto con el fuego.
Mi altar me recuerda que la luz
habita en mi, por eso este es mi espacio sagrado, el sitio donde se encuentra
mi altar de fuego.
Siendo conscientes de nuestra
luz interior podemos expandirla al universo haciendo que llegue a todo lo que
nos rodea.
Tomando conciencia de nuestra
energía interior logramos que más luz llegue a nosotros y nuestro vórtice se
expande, (hay elementos científicos que prueban esto), por eso muchos médicos
recomiendan la meditación, el Yoga, Reiki, etc.
Hoy te voy a dar una frase para
que seas consciente de esto y para que puedas irradiar buena energía donde
estés.
La frase es:
“Mi
presencia siempre ilumina el entorno”.
Llevála con vos, imprimíla y
colocála en tus espacios, sobre todo en ellos en los que sentís que debes
elevar las vibraciones.
Mentalizala cuando entres a un
transporte público, a un banco, a tu trabajo o a una reunión familiar, y se
consciente de estar irradiando luz a todo y todos los que te rodean.
Se consciente de esto y tu
presencia siempre iluminará el sitio donde estés.
La luz te asiste.
Los ángeles te guían.
Tus seres queridos desencarnados
te custodian.
Ale Flores
9 de Marzo de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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