Tenemos que trabajar la certeza y la estima.
Para ello es necesario saber quienes somos.
Cuando nos reconocemos hijos de Dios dejamos nuestra identidad terrenal, sabemos que somos parte del plan divino y que obramos bajo la influencia de un rayo de la creación, que a su vez se nutre de los otros rayos.
Los roles que desarrollamos en la tierra están vinculados con la misión que venimos a realizar, nosotros con nuestras guerras mentales creamos divisiones y nos separamos de la creación creyéndonos terrenales.
Hombre – Mujer - Judío – Católico – Musulmán – Rico – Pobre – Alto – Bajo – Marido – Esposa. Cada rol que cumplimos en la sociedad es una nueva partición en la mente que nos divide y nos quita foco sobre lo que somos, hijos de Dios.
Cada una de estas particiones vive una vida propia, se involucra con otros seres y transfiere su amor y su ego. Se activan sensaciones del pasado archivadas en carpetas conocidas como Registros Akashicos y vivimos diferentes procesos.
Reconociéndonos hijos de Dios tenemos la certeza que la perfección será en todo, la estima suficiente como para no entrar en ningún laberinto del ego y corrernos de nuestro lugar.
La paz y el orden en la mente se obtienen desde la estima y la certeza. Desde reconocernos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza.
Guiados por el amor.
Dios es amor.
Vos sos amor.
Yo soy amor.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia vos.
Soy Reiki
Yo Soy
1 comentario:
Es amorosamente creíble que estemos tan conectados con lo que nos pasa diariamente. Es como que debemos SER, SENTIR, ESTAR, para ayudarnos.
Te agradezco desde mi corazón haberte conocido.
Gracias, siempre gracias...
ANA MARIA VILLALBA
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