Soltá el peso de tu cuerpo,
empeza aflojando tus hombros, tu cuello, tus manos.
Respira, toma aire por la nariz
y liberalo lenta-mente, suave-mente.
A medida que soltás el aire,
soltá tu cuerpo.
Toma aire para soltar tus
hombros, y a medida que lo sueltes sentí como se aflojan. Hace esto con cada
parte de tu cuerpo, con cada articulación, con cada musculo, soltá tu cara, tu
espalda, tu cuero cabelludo.
Soltá tus piernas, y tus pies.
Tus dedos, tus ojos. Tus cejas.
Soltá tu mandíbula, tu cadera,
tu estomago.
Libera todo el aire de tus
pulmones, liberando emociones retenidas en tu corazón.
Soltá tu columna vertebral,
sentí que se retira la tensión.
Sentí el peso de tus brazos, no
cargues con ellos, deja que se recueste tu cuerpo donde lo puedas recostar,
soltá todo su peso, sobre la superficie elegida, no luches contra la gravedad.
¿Te das cuenta que estas mejor?
Seguí soltando, soltá tus
pensamientos, tus creencias, tus miedos, soltá todo lo que debas soltar.
Soltá por dar.
Soltá por ser.
Soltá por creer que nada te
faltará, que el universo proveerá lo que tenga que proveer.
Soltar es crecer.
Soltar es ser.
Ale Flores
7 de Mayo de 2017
La Merecida
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