lunes, 17 de marzo de 2014
Sabbath Shalom
Estando en Córdoba nos invitaron
a celebrar un Sabbath en el templo de Bernardo Miller, ya conocíamos a Bernardo
y a su mujer Cecilia desde nuestro viaje del 2012, y volver a verlos, volver a
vivir con ellos la ceremonia del Sabbath era un regalo del cielo, un
acontecimiento inesperado, pero profundamente agradecido.
Llegamos a “Travesía”, un pueblo
ubicado entre San Javier y Merlo, y siguiendo a quienes nos guiaban comenzamos
a subir la montaña, en lo que fue una verdadera travesía.
Ningún ingeniero de Volkswagen
habría imaginado que el auto en el que trabajó recorrería ese camino, ya que el
auto que uso es más bien de ciudad, más amigo del asfalto que de la tierra y
las piedras. Había llovido mucho, por lo tanto el camino mostraba su peor
versión.
No tardó en llegar la idea de
desistir de continuar subiéndolo, sin embargo seguimos. Yo sentía que hacerlo
era superar la trampa que el ego nos pone antes de cada acontecimiento
trascendental.
Empezar a descubrir la presencia
de Bernardo en ese lugar sucedió al salir del camino y entrar a un espacio
donde la naturaleza parecía estar en perfecta armonía con el hombre y la
espiritualidad.
Recorrimos un poco mas y a
nuestra izquierda vimos una pirámide construida totalmente con piedras con una
cúpula vidriada, estaba claro que se trataba de un lugar especial que recién
nos empezaba a sorprender.
Pasamos un estanque, y una
estructura que sostenía un vehículo de luz Mercabah.
Avanzamos un poco mas hasta
llegar a un jardín donde las piedras dibujaban formas sobre el césped, ya se
veía la casa, también construida con piedras.
Yo no podía creer estar donde
estaba, mis dos ojos no alcanzaban para observar todo lo que había para
observar, y lo que veía no cabía en mis sueños.
Una huerta, el sonido del agua
que bajaba de la montaña por un arroyo cercano, las acequias guiando el agua a
donde fuera necesaria, los ojos de Bernardo, celestes, luminosos, junto con un
abrazo eterno, la sonrisa de Cecilia y su gentil recibimiento nos dieron la
bienvenida.
Sobre una mesa las mujeres
amasaban el pan que más tarde compartiríamos tras ser horneado en uno los
hornos a leña. Gentilmente Cecilia nos invito a recorrer el lugar ofreciéndonos
sentirnos libres, como si fuera nuestro propio hogar.
Así fue como llegamos a la
pirámide, al entrar en ella, al sentir la paz comenzamos a conectar con los
símbolos distribuidos perfectamente y nos deslumbrados por la obra que esas 4
manos y ese inmenso amor habían podido realizar.
Cerca, a pocos metros aun se
veían plantas quemadas en los incendios que azotaron la zona el invierno
pasado, increíble-mente cuando las llamas amenazaban este espacio sagrado la
temperatura descendiendo de 46 a 0 grados, cayendo del cielo una nevada que
apago las llamas.
Una piscina con una inmejorable
vista nos mostraba caer la tarde sobre el pueblo y los pueblos cercanos. El
agua de la pileta reflejaba el cielo, como un espejo que nos mostraba a
nosotros mismo, entre el cielo y la tierra.
Las montañas a lo lejos
recortaban el horizonte y las nubes eran suaves lienzos donde el sol pintaba
colores antes de dejarnos ver la primer estrella que dio inicio a la ceremonia
del Sabbath.
Mágica.
Única, como cada una.
Espiritual por ser la unión de
espíritus que abandonan sus creencias al quitarse los zapatos, abren sus
corazones al escuchar cantar a Bernardo, y se iluminan al entrar en común unión
con la voz de Cecilia.
Viví ese presente con la
intensidad de vivir el presente, sabiéndolo un regalo de la vida, una oportunidad
divina.
Nadie termina una ceremonia de
Sabbath con Cecilia y Bernardo siendo el mismo.
Sabbath Shalom, nos dijimos al
terminar, compartiendo el pan y el vino.
Cenamos juntos en su casa,
pizzas horneadas a leña.
Compartimos lo que llevamos, lo
que somos, nuestras raíces, nuestros sueños, las rizas, el amor.
Una tormenta que se acercaba y nos
deslumbraba con sus rayos, rayos que fueron una iniciación.
Tras el encuentro, tras la unión
nos despedimos, dándonos gracias por todo, y deseando volvernos a ver.
Emprendimos el regreso por el
mismo camino, empezaban a caer algunas gotas de la tormenta que llegaba, pero
estábamos tranquilos, ya nada malo podía suceder.
Ale Flores
15 de Marzo de 2014
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Gracias
por estar.
Mi amor
de Dios hacia vos.
"Lo que te envío
acá no son palabras, es vibración, si centras tu atención en ella la sentirás,
te envío luz, luz y amor."
“La vida es un regalo,
el envoltorio la mente. Sólo hay que abrirla para disfrutar el presente.”
Solo por hoy no te enojes.
Solo por hoy no te preocupes.
Solo por hoy se agradecido y humilde.
Solo por hoy se honesto.
Solo por hoy se bondadoso con los demás.
"Si lo que hago además de a mi le
sirve a alguien, mi misión está en marcha."
"Quien
teniendo la posibilidad de recibirlo, no se abre para acepta el amor que habita
en vos, se está perdiendo lo más maravilloso de la vida."
Soy Reiki
Yo Soy
Si
Dios fue capaz de crear una semilla que puede convertirse en árbol y dar
frutos,
¿te imaginas todo lo que podes hacer vos?
Dios obra a través tuyo.
Ale Flores
Etiquetas:
Bernardo Miller,
Cecilia Horowitz,
Sabbath Shalom,
Travesia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"Lo que del alma sale, al alma llega"
Ale Flores
Soy Reiki
"El amor es la religión de la nueva era."
Mi canal de Youtube - Acá podes escuchar mis textos leídos en Pop Radio (FM 101.5)
"Compartir lo que nos hace bien, nos hace bien de nuevo."
Ale Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario