La posibilidad de vivir

En mi barrio me conocen, no solo los vecinos. Me conocen los pájaros que cantan cuando me ven reponerles las semillas con las que a diario los alimento.

Me conoce el zorro que espera cada noche que le deje un huevo en el mismo lugar.

Me conocen las plantas que ofrecen sus flores.

Me conocen los peces del estanque que nadan a mi encuentro cuando les llevo la comida.

Me conocen los perros que disfruto acariciar.

Me conoce el aire al que le agradezco su pureza. El sol que me brinda su baño cada vez que, como ahora, lo quiero tomar.

Me conocen las hormigas, las moscas y los mosquitos, a los que, en la medida de lo posible, evito matar.

Me conocen las nubes que dibujan en el cielo encantados bosques donde distingo figuras.

Y no digo que me quieren, solo que me conocen. Respetan mi presencia como yo la de ellos, en esta convivencia en la que compartimos el espacio en el que cada uno es dueño de vivir la experiencia de estar vivo, y compartir con el resto la posibilidad de vivir.

Ale Flores

22 de abril de 2025

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