En la
soledad de mi oficina, recuerdo que hace 7 años partiste, tu cuerpo quedo en la
tierra, pero tu energía se elevo en el aire.
Estábamos
en la habitación de la clínica, tu cuerpo ya descansaba sobre la cama que te
sostuvo los últimos días, y yo ya percibía tus vibraciones en el aire, las sentí,
las escuche y por primera vez canalice un mensaje tuyo, unas palabras para que
aceptemos tu partida. Fuiste tan guardián de tus afectos que hasta te importó
no vernos tristes, hacernos sentir que estabas bien, y que desde ese otro lado,
siempre nos acompañarías.
Fuiste tan
responsable que te ocupaste de todo para que tu ausencia física no sea un
problema en ninguno de nosotros, prolijo, como siempre fuiste, en cada
instancia de tu vida, ante todos, ante todo.
Siento las
ganas de abrazarme a algún afecto que sienta lo mismo que siento yo en este
instante, pero estoy solo, y quienes me rodean no conocen el manantial que
recorre mis venas, ni como están en este momento esas emociones.
Es como
una tensa calma, como esperando un instante de reencuentro, reencuentro con compañeros
de la vida que admiren tu maestría, y tu paso por la tierra.
Seguramente
ya se darán esos momentos, siento llegar las sorpresas que desde tu descanso
preparas para robarme una sonrisa, las que me hacen mirar al cielo buscándote en
una nube, en un rayo del sol y encontrarte en un pájaro que se aparece en mi
ventana.
Ya van 7
años sin compartir asados, charlas, risas, una copa de vino. 7 años sin
escuchar tus palabras, tus anécdotas que equivalen a muchas vidas.
Me desperté
esta mañana recordándote, fuiste mi último pensamiento de anoche, me abrace con
Julieta en mi cama en un abrazo paterno como los que vos nos dabas.
Se te
extraña viejo, es inevitable, pero sabes que me siento en paz con tu partida,
que sanamos las heridas que alguna vez nos alejaron, que hablamos todo lo que
se debía.
Ahora deseo
que tengas un descanso tranquilo, y que desde la luz de tu alma nos guíes, sé
que lo haces, que es a lo que le dedicas la eternidad de tu tiempo, y nosotros,
los que te quisimos gratis, siempre lo sentimos.
Te dedico un
Padre nuestro y un Ave Maria, como cada mañana de mi vida, cuando abrazo tu
foto en mi corazón, y mirando el cielo desde mi silencio me conecto a tu energía.
Siempre me
hará falta tu presencia, sabemos los dos que es inevitable, pero nada me impide
sentirte cerca, conectarme en una foto a tu mirada y desde tus ojos abrazarte
en el aire.
Ale Flores
10 de Octubre
de 2017
Si leíste
mis palabras y llegaron a tu alma, te pido que desde la unión que establecen
las letras unas tu energía a la conexión que mantengo con mi viejo y en silencio
le dediques a su alma la siguiente oración:
Para el
alma de Juan Alonso Flores, que en paz descanse.
Muchas gracias, que Dios te bendiga, te
bendigo en el nombre de Dios.