Me ama, Conny me ama, ella se
derrite por mi, lo veo en sus ojos, en su boca cuando saca la lengua si la
miro, lo siento en su cuerpo que se derrite cuando la acaricio, ella me ama, me
ama por sobre los límites que conozco del amor, aún sabiendo que el amor no
tiene límites.
Tal vez será que la adopte desde
el primer día, desde que la ví tan chiquita. Nacieron 7 cachorros, todos
hermosos, a todos los amé por igual, pero a Conny había que ayudarla para que
pudiera llegar a las tetas de su madre que me miraba mientras arrimaba a su
bebe más pequeño.
Habíamos adoptado a Kika, ya que
era rubia y teníamos una negra, Felicia. El resto se fueron yendo, pero a Conny
no la entregábamos, sentíamos que le faltaba crecer, así viéndola jugar con
Kika y enamorándome de su mirada me la quise quedar, tuve que negociar para que
se quedara, ¿otro más, ya tenemos 2?, pero no la podía dejar ir.
Finalmente de quedo y aquí esta,
al lado mío, me miraba y por eso empecé a escribir.
Hoy preferí hablar de la vida,
de cómo fue la llegada y como percibo su amor, Conny y Kika están a mi lado, en
casa esta Felicia bajo el techo de la galería, la recosté para quedarme
tranquilo y poder venir a mi espacio de meditación, cuando esta parada camina y
se cae por lo que debo estar atento para que no se lastime, (como no se puede
parar sola sabiendo que esta acostada al menos se que está segura).
Felicia fue la que me enseño a
amar a los perros, siempre me habían gustado, pero con ella los aprendí a amar
con ese amor que algunos no comprenden, no entienden lo que es sentir a un
perro como a un hijo, amarlos tan profundamente como es profundo el amor.
Una vez alguien me dijo que no
se puede amar a un perro como a una persona, respondí su afirmación con una
pregunta: ¿Por qué?.
Hasta el día de hoy espero que
alguien me explique por qué no se puede amar a un perro como a una persona, no
he encontrado quien se atribuya el poder de determinar cómo es el amor y cuanto
se puede amar.
Yo amo a mis perras, para mi son
mis hijas, son mi familia, ya que unimos nuestras vidas para transitar el camino,
nos acompañamos, nos cuidamos, y por sobre todas las cosas nos amamos sin
límites.
El amor es ilimitado, los
limites son de las mentes limitadas.
Mi amor por mis perras no tiene
límites.
Mi amor por ellas es total.
Ale Flores
30 de Septiembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
No hay comentarios:
Publicar un comentario