Dos disparos no pudieron con tu
vos, te levantaste y saliste a correr a quienes intentaron apoderarse de lo
tuyo, a quienes pusieron en riesgo tu vida, tu gente, tu familia. Tu cuerpo
conserva una bala alojada en el hombro, como un triste recuerdo de tu gran
valentía.
Recuerdo cuando esa noticia
impactó en mi casa, volvía del colegio y mi vieja fue quien nos trasmitió lo
sucedido, estabas internado, peleando por tu vida.
Después te visitamos, ya en tu
casa de Cabildo, nunca olvidaré cuando te ví, estabas sentado en un sillón,
quieto, te quise abrazar, pero tu expresión y voz me hicieron saber que te dolía
todo.
Poco tiempo después ya estabas
de vuelta en el ruedo, entre el trabajo y Mar del Plata.
Llevaste la herida por siempre
en tu cuerpo, superaste muchos obstáculos, siempre con la misma valentía.
Hoy te pido un nuevo esfuerzo,
uno más, entre tantos, que te levantes nuevamente y sigas viviendo, que te
repongas como el inmenso hombre que eras ante mi cuando yo era chico, como el
gran ser humano que descubrí ya de grande.
Te pido que lo hagas por vos,
por Lidia, por Silvina, Guido y todos los que te queremos, porque nos encanta
verte llegar a la playa, o tomar un whisky con vos mientras preparamos un
asado.
Espero que estas palabras sean
un estimulo de energía en tu espíritu, que un rayo de luz te llene de fuerza.
Espero que pronto estés gozando
de buena salud, viviendo tu vida como siempre, transitando tu jubilación en
paz, como un guerrero, que triunfante vuelve a su refugio y encuentra el
merecido calor en el hogar.
Para mi tío Cholo que se
recupera en Mar del Plata.
Ale Flores
19 de Septiembre de 2019