lunes, 9 de septiembre de 2019

Telepatía




Cuando pensamos irradiamos vibraciones, esas vibraciones primero se concentran en nuestras energías que se graban en nuestra sangre, llegan a nuestros órganos y todo nuestro cuerpo recibe las vibraciones que nacen en nuestros pensamientos.

Las mismas energías se expanden por fuera de nuestro cuerpo físico en todas las direcciones y se impregnan en todo lo que nos rodea, en todo lo que tocamos, con todo lo que interactuamos, también proyectamos esas vibraciones a los objetos y/o personas en las que centramos nuestra atención, y sus vibraciones son alcanzadas por las nuestras.

Cuando a la distancia dos o más mentes concentran su atención en lo mismo se conectan entre sí, se produce la telepatía y podemos sentir lo que otros sienten, podemos recibir los pensamientos ya que nos llegan como vibraciones.

El espíritu decodifica las vibraciones y las trasmite a la mente y al cuerpo, por lo que podemos experimentar sensaciones, cosquilleos, podemos sentir el amor, la angustia, el miedo, o cualquier sentimiento que irradie quien está conectado a nuestras energías.

La practica lleva a la maestría.

Desde este tipo de unión en la que el cuerpo físico es solo un vehículo para ser, irradiamos y recibimos solo energías cuyas purezas dependen de las intenciones de cada uno y del nivel de conciencia.

Lo hemos experimentado todos cuando recibimos el llamado de alguien en quien estábamos pensando o lo encontramos por “casualidad”.

La vida nos muestra la casualidad para que aprendamos la magia, ya que cuando el hombre perdió el contacto con la magia la llamó casualidad.


Ale Flores
7 de Septiembre de 2019
La Merecida
Horno de Barro





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