El mar y el cielo se funden en
una escala de grises que componen la paleta de colores de hoy, Mar del Plata
nos presenta una garúa fina y fría que cae sobre ciudad haciendo que la
visibilidad sea escasa, como si hubiera neblina.
Las olas golpean con fuerza
sobre las piedras de la escollera del balneario de Alfonsina, ella que ahogo su
cuerpo en estas aguas, tal vez rebalsando de emociones que no pudo contener, o
no supo liberar.
A metros de donde estoy esta la
que fue su casa, la imagino escribiendo mientras escribo sobre ella.
Vuelvo a mirar el mar, el cielo
gris, respiro profundamente el aire puro, veo gente trotar, autos que pasan y
algunos surfistas que aprovechan la falta de bañistas para jinetear olas con
sus tablas.
Mi lapicera surfea los renglones
de mi libreta, yo surfeo la vida, hace tiempo que comprendí que no se trata de
resistir, sino fluir para que las emociones no nos inunden hasta desbordarnos.
Para que entremos al mar a limpiarnos, a disfrutar de su energía, a surfear las
olas, contemplar su fuerza y recibirla.
Veo una ola formarse, se acerca
a la costa tomando altura, rompe contra las piedras, se hace espuma, llega a la
orilla dejando su estela, como dejo Alfonsina sus textos.
Le dedico este instante a ella, a
Alfonsina Storni.
Ojalá sus vibraciones nutran mi
misión.
Respiro su energía que habita en
el aire y me quedo en silencio.
Hoy soy silencio.
Alfonsina y el mar.
Ale Flores
26 de Febrero de 2019
En el Departamento
Frente al mar
Mar del Plata
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