Pensé en Clotilde, (o en Poro
como le decían), y una sonrisa salió desde lo más profundo. Surgió en mi
estomago, se elevó atravesando pecho y la garganta, se exteriorizó con un
sonido alegre, como si hubiera recordado un chiste o una anécdota graciosa de
alguna vivencia con ella. Chiste que nunca me contó, anécdota que jamás viví,
simplemente porque no la conocí personalmente. Supe de ella ayer, 24 horas
después de su partida física. Había visto su foto en el estado de WhatsApp de
un amigo, e inmediatamente supe que había desencarnado cosa que Agustín me
confirmó cuando conversamos anoche. Al mencionarme su nombre me llene de amor,
sentí que se trataba de una de esas tías adorables a las que tanto queremos,
las que tanto nos cuidaron y tanto amor nos dieron. La sentí en paz tras haber
concluido este ciclo de vida dejando una familia unida y llena de amor.
Hoy facebook me recordó un texto
en el que hablo de los ancestros, de saber que ellos nos custodian, nos
asisten, y que cuando sus imágenes aparecen en nuestras mentes, cuando sus
recuerdos surgen en nuestras vidas debemos dedicarles una oración, un
pensamiento de luz, una vibración de amor para que sus almas se
eleven y descansen en paz.
Clotilde ahora florece en cada
flor. Su perfume será en el aroma de cada comida deliciosa que prepare una
madre, una tía, una abuela. Su aliento habitará en cada jazmín, en cada rosa,
volará con el viento, su calidez será en cada rayo del sol. Y en cada recuerdo
grabado en sus seres queridos su presencia será eterna.
“Que en
paz descanses Poro.
Que Dios
te dé el lugar a su lado que te supiste ganar.
Que en
las estrellas siempre brille tu mirada.
Que en
cada rayo habite la chispa divina que hizo latir tu corazón”.
Para Clotilde Alladio.
Que en paz descanse.
(Les agradeceré a quienes
quieran le dediquen un Ave Maria a su alma).
Muchas gracias.
Alejandro Flores
26 de Enero de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
No hay comentarios:
Publicar un comentario