Una vez le dije a mi viejo “Nadie
es profeta en su tierra”, a lo que él agregó, “ni a su tiempo”….
Esta semana vi un programa
especial sobre René Favaloro, un medico extraordinario a quien siempre respete,
pero tras ese programa lo empecé a admirar, lo admire desde el instante exacto
en el que escuche que en una entrevista dijo que él no solo curaba el cuerpo,
también curaba el alma.
Decía que hablaba con los
pacientes antes de operarlos, que jamás operaba a un paciente si no podía
hablar con él, mirarlo a los ojos, trasmitirle confianza, empatizar con su
dolor.
Favaloro el inventor del ByPass
coronario que tantas vidas salvó, dejo su cuerpo en la tierra tras pegarse un
tiro en el corazón, lo hizo ante la impotencia que le generaba no poder contar
con los fondos que le correspondían para poder sostener funcionando su
fundación sin fines de lucro que atendía a todo el mundo más allá de su poder
adquisitivo.
Su terrible decisión fue un
llamado de atención ante la falta de respuesta de los políticos de turno y fue
tan fuerte que logro su objetivo, hoy su fundación es modelo y el trabajo de
toda su vida trascendió su cuerpo.
Lamentablemente la opinión
pública la ocupan personajes cuya popularidad está consolidada en las mentiras,
y no individuos capaces de mejorar el mundo y dejar valores como los que dejó
el Doctor René Favaloro.
Uno de sus pacientes contó que
cada día con su mujer le dedican una oración a su alma, yo creo que ese
es el mejor reconocimiento que se le puede ofrecer en la tierra a un ser
desencarnado, elevarle un Ave Maria, por eso desde ayer el Dr. Favaloro forma
parte de mis oraciones, y hoy le dedico este texto, para que otras almas honren
también su paso por la tierra.
Al Dr. René Favaloro que en paz
descanse, y que su alma reciba toda la luz que necesita para elevarse
espiritualmente.
Ale Flores
30 de Diciembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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