Proyectamos lo que pensamos,
proyectamos lo que proyectan sobre nosotros.
Muchas veces nuestros
pensamientos son el reflejo de lo que otros proyectan sobre nosotros,
proyecciones que aceptamos, que creemos.
Otras veces proyectamos lo que
somos, lo que vibramos, pero las energías se mezclan y por eso hay que
cuidarlas, debemos limpiarlas.
Los estímulos nos llegan de
todos lados y los absorbemos. Los grabamos en nosotros, en nuestra mente, en
nuestro cuerpo.
Tarde o temprano salen a la luz,
y son lo que irradiamos, lo que crea la realidad que transitamos.
Purificar nuestros cuerpos es lo
que hacemos al meditar, limpiar nuestra mente, alimentarlas con las energías
naturales es parte de un proceso tan necesario como respirar.
Hasta que no seamos conscientes
de esto nuestra vida será errante, la conciencia despierta es el barco del
navegante.
Podemos tropezar, caer y
levantarnos, en cada tropiezo aprendemos algo.
Levantarnos nos hace fuertes,
nos renueva la fe.
Levantate aunque no puedas
comprender el motivo de tu caída, y lo que no puedas comprender, aceptalo
meditando.
Ale Flores
4 de Febrero de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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