El cuerpo de Conny empieza a decir basta. Su mirada empieza a reflejar cansancio y destina su energía a seguir siendo ella, una perra muy amorosa y protectora que siempre me acompaña a donde voy, siempre me está esperando y nunca deja de mirarme.
Recién estuve con ella y al ver su cara vi la de Felicia, su madre, Conny se está empezando a parecer mucho a la Feli de los últimos meses y eso me llenó de tristeza. No pude contener las lágrimas ni la necesidad de escribir para dejar aflorar estas emociones.
Los inviernos son duros en la pampa húmeda, y suelen ser letales para los perros gerontes, yo le enciendo la estufa cada noche, la abrigo para que el impacto del frío sea morigerado, pero el tiempo sigue avanzando, el tiempo no conoce tiene sentimientos, en cambio la vida si, la vida hoy me regala un día más con ella.
Ale Flores
26 de junio de 2025
La Merecida
Living
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