Me conmueve la música, me apasiona, siento que me abraza, que me eleva, que me conduce a un estado elevado, superior.
Siento también que me transporta a momentos de mi vida, momentos que me emocionan, que me llenan de alegría, o de profundas tristezas.
En el museo Reina Sofia de Madrid la guía me dió una muy buena definición de arte, me dijo que arte es todo aquello que logra movilizar nuestras emociones, que cualquier expresión humana que genere una reacción es una obra de arte, y eso es lo que me pasa con la música, con toda la música.
Ahora por ejemplo, cuando estaba terminando el día me puse a escuchar el disco “Enemigos Íntimos “ de Sabina y Paez lanzado en 1998, un material que me moviliza profundamente, y particularmente cuando sonó “yo me bajo en Atocha”, me transporté a Madrid, se me llenó la mente de imágenes, pero particularmente de una, la última noche del último viaje que hicimos, después de andar todo el día recorriéndola vivimos una cena maravillosa en “Conservas nudista” con mis queridos Micky Irisarri y Diego Mazzeo, tras ella volvimos caminando desde Chamberi a Latina, con una obligada pasada por la puerta del sol y la plaza mayor, luego de todo eso, cuando solo quedaba irse a dormir, salí del departamento y me fui solo a un bar, necesitaba una cerveza más, necesitaba sentir que estaba en Madrid y esa sensación no la tenia debajo de las sábanas, la tenía que respirar en las calles, la tenía que escuchar en la voz del mozo, de los de la mesa de al lado, en la marca de la cerveza y en la tapa que la acompañaba.
Esa noche (como todas las anteriores), no me quería ir a dormir, ya estando en la cama, casi a punto de caer rendido del sueño, pensaba “que estoy haciendo metido en la cama, tengo que salir, caminar, ir a bares, hablar con gente, no me puedo dormir”, pero finalmente la razón me indicaba que a las 7 de la mañana sonaba el despertador porque teníamos planificados recordados todos los días para explotar al máximo esa posibilidad maravillosa que nos dió la vida, la de viajar.
No se cuando tendremos nuevamente el privilegio de cruzar el océano y visitar el viejo continente, ya siento esa necesidad interna de volver a respirar el aire de Madrid, oler sus aromas, escuchar sus sonidos, y bajarme en Atocha, y quedarme en Madrid.
Ale Flores
23 de febrero de 2022
La Merecida
Living
Buenas noches desde Venezuela, pienso parecido de la.musica de hecho hice mi tesis de doctorado sobre ese tema ..
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