En el mar de las dudas, de las inseguridades me he tenido que sumergir varias veces últimamente, no es un mar desconocido, ya lo he explorado en otros tiempos, bajo otras apariencias, en mi vida he buceado por diferentes aguas, atravesando infiernos logré superarlos, enfrentando miedos los pude vencer.
Todo pasa, y esto también pasará. Me sumerjo en estas emociones desde otra perspectiva, dejando el miedo a perder que es el padre de todos los miedos, la vida en la tierra es pasajera, tan pasajera que toda experiencia humana es efímera, solo nos llevamos las enseñanzas que alcanzamos adquirir en cada situación en la que la vida nos enfrenta a nuestros propios límites para que podamos superarlos y alcanzar un nuevo nivel en la evolución. La vida nos lleva a reconectarnos con la humildad, y para quien jamás la ha perdido es cómodo estar en ella.
He buceado en el caribe, soy amigo del mar argentino, puse mis pies en él mediterráneo, me bañe en el golfo de México. No le temo al mar, aunque si le tengo respeto, tanto como a la vida que me lleva a atravesar tormentas que después me muestran cielos despejados y días llenos de sol.
Hoy nado, por momentos siento cansados mis brazos, en otros solo en el medio del mar, pero siempre aparece una señal que me indica qué estoy en el camino, y me recuerda que todo es pasajero, que esto también pasará, que alguna vez todo será recuerdo, y hasta mi propio nombre también será parte de la historia que tal vez alguien quiera recordar.
Ale Flores
24 de abril de 2021
A 2 años del pico de presión.
La Merecida
Comedor.