Hay heridas que se curan con
suturas.
Hay heridas que solo el amor
repara.
Hay daños que parecen
irreparables.
Hay dolores que solo el tiempo
calma.
Yo sano mis emociones
escribiendo, busco liberarme de los sentimientos que opacan mi espíritu, dañan
mi cuerpo, y contaminan mi alma. Aprendí que escribir es el cable a tierra que
retira de mi todas las sobrecargas.
Las miradas no pueden ocultar lo
que las bocas callan. Pero podemos hacer algo para que las heridas no lleguen
de la mente al alma.
Me detuve en el fuego de una de
las velas que arden en mi altar. El fuego que consume, trasmuta, y libera.
Le entrego al fuego las penas
que siento en mi pecho, sacándolas de mi abandonan mi mente, no tienen espacio
en mi cuerpo, ni poder para opacar mi espíritu, por lo que no podrán arraigarse
en mi alma.
Buscá tu método para sanar, lo
tenes, viene de otras vidas viajando en tus registros akashicos, una vez que lo
encuentres no habrá pena capaz de condenarte, no habrá dolor que pueda
aprisionarte.
No habrá herida que no pueda ser
sanada.
Ale Flores
18 de enero de 2020
La Merecida
Silla Blanca
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Con Kika y Conny
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