El 2019 es un presente que
empieza a convertirse en pasado, ya se termina este año, se cierra el
calendario y se abre uno nuevo, similar a todos los vividos en cuanto a días y
meses que tendrá, pero con sus hojas vacías, listas para ser llenadas con vivencias
nuevas, experiencias por atravesar.
En estas instancias es
inevitable recorrer hacia atrás en los pensamientos y repasar lo vivido, lo
crecido. Proyectar lo que queremos para el año que está por comenzar. Pero también
es importante tener fortaleza para aceptar las cosas que nos suceden, lo que la
vida nos presenta y no podemos evitar.
Darle tiempo al tiempo para que acomode las cosas, respirar profundo, volver al
silencio, contemplar el presente, caminar, avanzar.
Les deseo a todos el 2020 que se
merecen, les deseo el mejor año que puedan proyectar.
Días atrás, en el marco del
festejo del cumpleaños de mi hija, tuve la posibilidad de mantener una
conversación con los hijos de mi amigo Marcelo, Delfi, su niña, que está a
punto de cumplir 15 años, y Thiago que tiene 11. Desde el fallecimiento de su
padre no había tenido la posibilidad de concretar esa charla que tanto me debía
y les debía, aunque no sé si ellos la esperaban siento que les sirvió, que les
hizo bien y para mi fue un momento único que nunca olvidaré.
Ellos transitan su duelo como
cada uno de nosotros transitamos las pérdidas de nuestros padres cuando nos
llega el momento, lo hacen como pueden desde su escasa edad, pero con una
fortaleza admirable. Delfi me habló de sus angustias, sus inseguridades, de la
falta que le hace su papá y los tres coincidimos en que él no está en el
cementerio, su presencia habita en sus cuerpos, en el aire que respiramos, el
agua que bebemos y el sol que nos ilumina. Delfi me contó que tiene la certeza
de saber que escucha la voz de su padre cuando este se comunica con ella, y que
utiliza personas de su entorno para que escuche o viva experiencias que debe
atravesar.
No es que quiera utilizar este
tiempo para hablarles de ellos, simplemente cuento esto como introducción a lo
que viene. Se acerca la noche buena, el momento en el que todos recordamos a
los seres queridos que ya no están. La buena nueva es que ellos están con
nosotros y así como Jesús resucitó y vive en nuestro corazón, ellos que también
son hijos de Dios hechos a su imagen y semejanza, habitan en nuestro corazón y
pueden comunicarse con nosotros del mismo modo que lo hace Jesús, al que
contactamos rezándole una oración.
Podemos contactar a nuestros
seres queridos desencarnados rezándoles la oración que más nos guste o
simplemente desde el silencio abrazando la esencia con la que habitaron su
cuerpo, en la que ahora están siempre donde quiera que estemos, acompañando
cada uno de nuestros pasos, asistiéndonos y custodiándonos, dándonos las
palabras de aliento que necesitamos, las cuales aunque no las escuchemos llegan
a nosotros y nos dan ese empuje que no sabemos de dónde sale cuando más lo
necesitamos.
Ellos, cada uno de ellos siente
lo mismo que sentimos nosotros ante la ausencia física, ellos buscan seres que
nos hagan comprender que la vida sigue, que el amor es eterno, y que su
presencia estará en nuestras mesas levantando una copa, mirándonos a los ojos y
diciéndonos….
“Feliz
Navidad”
Gracias por estar, que la paz
habite en sus corazones ya que de ese modo nuestros seres queridos descansaran
en paz.
Hoy traigo una llama a tu mente,
un fuego que se enciende delante de tu presencia para que concentres tu
atención en él y expanda la triple llama que habita en tu corazón.
Visualiza ese fuego, podes
encender una vela y mirarla si es necesario.
Fundite en su llama, sé la llama
que se expande, crece consumiendo y purificando todo lo que llega a su campo de
acción. Dejá que tu cuerpo este suelto, que se mueva como una llama cuando la
brisa la saca a bailar, pero que no se apague, que resista al viento y recibir
oxigeno que le permita crecer.
Tal vez muchas personas se
sientan acompañadas con tu presencia, y quizás vos sientas que estas en
soledad. Dice mi maestro Eduardo Yoel que la soledad es la edad de sol, tiempo
de templanza, de fortalecimiento interior.
Dice Gabriel Rolón que el que
teme a la soledad en realidad teme a encontrarse consigo mismo ya que hay algo
que le desagrada de su persona.
Es cierto que hay que poder
estar bien solo para poder estar bien con los demás, ya que de lo contrario
solo buscamos llenar vacios.
Todo el tiempo estamos vibrando
energías que atraen y rechazan otras energías, somos como imanes capaces de
atraer o rechazar de acuerdo a nuestra polaridad, las energías que atraemos son
de entidades que habitan cuerpos o que están desencarnadas, cuando vibramos
alto llegan energías de la luz, cuando nuestras vibraciones son bajas llegan
energías oscuras, bajas, que nos hunden mas y mas.
Hoy les quiero pedir que eleven
sus vibraciones en la luz, que tomen energías del amor de manera consciente
para atraer solo energías que provengan del amor.
Eso se logra respirando,
meditando, visualizando, ejercitando el cuerpo, tomando agua, consumiendo
alimentos sanos de manera consciente. Contemplando la naturaleza, el cielo,
escuchando música, leyendo, escribiendo.
Yo escribo para elevar mis
vibraciones, tal vez hayan notado que las de ahora no son las mismas que las
del inicio de este texto.
Hoy les propongo eso, que eleven
sus vibraciones como estoy haciendo yo mientras dejo estas palabras aquí para
que lleguen a los ojos de quienes estén vibrando en mi misma polaridad.
Veo un camino luminoso, es tu
camino, el que decidas emprender.
Te custodian, te guían, te
cuidan, te aman. Conocen tus fortalezas y debilidades, saben que nada te
detiene cuando decidís andar.
Me dicen que no tengas miedo,
que sigas tu camino, que sentirás en tu corazón los senderos que deberás
atravesar.
Me dicen que estas preparando,
que guardas el conocimiento necesario, y lo que falta llegará.
Me dicen que no estás solo, que
en cada huella que dejas esta tu ADN, el de tus ancestros, el de que heredaran
tus hijos, y por lo que las generaciones venideras te recordaran.
Me dicen que vivas tu sueño, que
para eso estas acá.
Llegó diciembre, el mes de los
finales, el mes de los cierres, en el que hay muchas fiestas.
¿Te pido un favor?.
No uses pirotécnica.
Los ruidos generados por la
pirotecnia afectan a los animales, a muchos niños, a las personas con autismo.
Son una pesadilla para ellos, como lo es para nosotros verlos sufrir.
Tu diversión no puede lastimar a
nadie, no debe hacerlo.
Todos los años miles de mascotas
se pierden al huir asustadas de sus hogares, niños padecen situaciones
horribles, los autistas sienten que sus cabezas van a estallar.
Tene cuidado con los globos que
muchas veces generan incendios, pensá cuando estés por hacer algo que puede
perjudicar a otros, va a mejorar tu festejos saber que tus actos no afectaran a
nadie.
Este fin de año eleva un poco tu
conciencia, date cuenta que tu alegría no debe ser sufrimiento para los demás.
Felices fiestas. PARA TODOS.
Ale Flores
1 de Diciembre de 2019
La Merecida
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Con Kika y Conny (que sufren
muchísimo los estruendos).
Cuando repentinamente nos llega
una idea que nos ayuda a resolver algún conflicto.
Cuando aparecen en nuestros
pensamientos las claves que estábamos buscando para lograr algo que nos
propusimos alcanzar.
¿De dónde vienen esas claves,
quien nos da las respuestas?.
Yo creo que nacen de la unión
que todos tenemos con la divinidad, con la inteligencia suprema donde habitan
los conocimientos y la sabiduría de toda la creación, y creo que son nuestros
seres queridos, las almas desencarnadas las que nos ofrecen sus registros
uniéndolos a los nuestros.
Cuando un psicólogo atiende a un
paciente, con él están Freud y Lacan.
Cuando un cirujano le coloca un
bypass a un paciente, con el está René Favaloro.
El Maestro Mikao Usui asiste
personalmente a cada Reikista que sana su cuerpo o el de otros.
Cuando no encuentro el camino es
mi viejo el que me lo muestra, cuando estoy triste es mi abuelo Severo el que
me saca a caminar.
Cuando cocino mi abuela Gaby me
inspira.
Cuando escribo todas las almas
de mis seres queridos se hacen presentes en este lugar.
Podemos requerir asistencia
conscientemente, podemos tomar sus conocimientos para potenciar nuestro saber.
Invocarlos es valorar su paso
por la tierra, es mantener sus vibraciones latiendo y hacer trascender su
misión.
Nadie pasar por nuestras vidas
por casualidad.
Todas las almas con las que
interactuamos nos dejan algo.
Todos estamos dejando algo en
los demás.
Algún día alguien pensara en
nosotros, alguien conectara sus vibraciones a las nuestras y desde donde
habiten nuestras energías llegaran a su mente y daremos juntos un paso más.
Tal vez alguno haya notado que
al final de mis textos ponía “Silla azul” en mi firma. Anteriormente era “Silla
naranja” pero desde hace unos años la silla que use fue la azul.
Cuando compre mi casa encontré
el sitio perfecto para escribir y arme aquí mi altar de fuego, colgué una soga
de la rama de un hermoso alcanfor usándola para sostener una hamaca en forma de
silla que me sirvió para escribir muchos de los textos que nacieron en este
espacio, la primer silla que tuve fue de color naranja, con el tiempo se
degradó y la cambie por una azul que hoy debo despedir ya que cumplió su ciclo
útil y le debe dejar lugar a una nueva que aun me espera en algún lado.
Cada etapa que termina le da
lugar al inicio de otra, y hoy con este texto despido a esa silla
agradeciéndole por haber soportado el peso de mi cuerpo durante tantos días,
tantas horas, honro a las personas que trabajaron en su fabricación, a los
hilos que la componen, los cuales conservaran siempre las vibraciones que
plasme al usarla, mis angustias, mis alegrías, mis temores, y los momentos de
iluminación que alcance en ella quedaran por siempre en sus fibras, y donde
estén ellas estará un poco de mi ser.
Hoy la gratitud se viste de
palabras para despedir a un elemento que me acompaño en mi camino, el cual será
siempre parte de mis reliquias personales.
Gracias por este instante.
Gracias por este paso por la
línea del tiempo.
Gracias a silla azul por cada
instante de meditación.
Los que tenemos la dicha de
haber tenido que sobreponernos ante una dificultad, sabemos que podemos superar
cualquier obstáculo que se nos presente.
La vida nos ha fortalecido
poniendo en nuestro camino piedras mentales que creamos para crecer, creer en
Dios y creer en nuestro propio poder como sus hijos.
Hoy, ante cualquier dificultad
que la vida me presenta sé que me podre sobreponer y seguir adelante, como
tantas veces, como cada vez.
Claro está que hay cuestiones
que me asustan, escenarios que con solo imaginarlos despiertan temores, pero
ante ellos recuerdo que estoy de paso por el camino de la vida, que este
instante es una huella en el recorrido de las encarnaciones que mi alma tiene
que transitar para evolucionar en la luz.
En el proceso de ascensión en el
que todos estamos vamos superando temores que nos van fortaleciendo, vamos
creciendo, obteniendo sabiduría, que es en definitiva la única herencia real en
el mundo terrenal.
Cada ciclo que termina le da
inicio a uno nuevo, el mundo sigue girando, el viento no deja de soplar.