Tal vez alguno haya notado que
al final de mis textos ponía “Silla azul” en mi firma. Anteriormente era “Silla
naranja” pero desde hace unos años la silla que use fue la azul.
Cuando compre mi casa encontré
el sitio perfecto para escribir y arme aquí mi altar de fuego, colgué una soga
de la rama de un hermoso alcanfor usándola para sostener una hamaca en forma de
silla que me sirvió para escribir muchos de los textos que nacieron en este
espacio, la primer silla que tuve fue de color naranja, con el tiempo se
degradó y la cambie por una azul que hoy debo despedir ya que cumplió su ciclo
útil y le debe dejar lugar a una nueva que aun me espera en algún lado.
Cada etapa que termina le da
lugar al inicio de otra, y hoy con este texto despido a esa silla
agradeciéndole por haber soportado el peso de mi cuerpo durante tantos días,
tantas horas, honro a las personas que trabajaron en su fabricación, a los
hilos que la componen, los cuales conservaran siempre las vibraciones que
plasme al usarla, mis angustias, mis alegrías, mis temores, y los momentos de
iluminación que alcance en ella quedaran por siempre en sus fibras, y donde
estén ellas estará un poco de mi ser.
Hoy la gratitud se viste de
palabras para despedir a un elemento que me acompaño en mi camino, el cual será
siempre parte de mis reliquias personales.
Gracias por este instante.
Gracias por este paso por la
línea del tiempo.
Gracias a silla azul por cada
instante de meditación.
Ale Flores
30 de Noviembre de 2019
La Merecida
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Con Kika y Conny
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