miércoles, 4 de diciembre de 2019

Hoy la gratitud se viste de palabras para despedir a un elemento que me acompaño en mi camino



Tal vez alguno haya notado que al final de mis textos ponía “Silla azul” en mi firma. Anteriormente era “Silla naranja” pero desde hace unos años la silla que use fue la azul.

Cuando compre mi casa encontré el sitio perfecto para escribir y arme aquí mi altar de fuego, colgué una soga de la rama de un hermoso alcanfor usándola para sostener una hamaca en forma de silla que me sirvió para escribir muchos de los textos que nacieron en este espacio, la primer silla que tuve fue de color naranja, con el tiempo se degradó y la cambie por una azul que hoy debo despedir ya que cumplió su ciclo útil y le debe dejar lugar a una nueva que aun me espera en algún lado.

Cada etapa que termina le da lugar al inicio de otra, y hoy con este texto despido a esa silla agradeciéndole por haber soportado el peso de mi cuerpo durante tantos días, tantas horas, honro a las personas que trabajaron en su fabricación, a los hilos que la componen, los cuales conservaran siempre las vibraciones que plasme al usarla, mis angustias, mis alegrías, mis temores, y los momentos de iluminación que alcance en ella quedaran por siempre en sus fibras, y donde estén ellas estará un poco de mi ser.

Hoy la gratitud se viste de palabras para despedir a un elemento que me acompaño en mi camino, el cual será siempre parte de mis reliquias personales.

Gracias por este instante.

Gracias por este paso por la línea del tiempo.

Gracias a silla azul por cada instante de meditación.


Ale Flores
30 de Noviembre de 2019
La Merecida
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Con Kika y Conny







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