Tenes una herida, vos lo sabes, lo sé yo, y lo sabe el
universo.
Tenes un dolor que llevas a todos lados, oculto, callado,
pero que grita desde cada célula de tu cuerpo cada vez que puede, cada vez que
alguien sin querer toca tu herida haciendo que vuelva a sangrar en forma de
lagrimas que parecen arrancarte el corazón.
¿Por qué será que a las personas buenas les pasan cosas
malas?.
¿Será que la vida las prepara?. ¿Que pagan karmas de
otras encarnaciones?.
¿Será que el sufrimiento es lo único que permite lograr
real empatía con quien sufre, lo único que permite realmente ponerse en el lugar
de quien atraviesa un dolor?.
Quizás mis sufrimientos me hayan permitido detectar los
tuyos, verlos en tus ojos, sentirlos en tu vibración antes que me los cuentes
manifestando que los queres dejar ir, expresándolos para sacarlos del lugar de
tu espíritu donde cumplen condena.
Reconoces que debes sanar, y eso es un paso muy grande
que has dado, el resto de los pasos los estas dando al caminar.
Ese ser que sos aún conserva el dolor, sigue esperando el
amor que le faltó, la comprensión que necesitaba de quienes no supieron escuchar
sus palabras imponiendo actos que profundizaron tu dolor.
Tenes mucho que perdonar, y ese es el único camino. Lo
sabés, pero te cuesta, y es lógico, pero lo vas a lograr, yo se que lo
lograrás, y creo que en el fondo vos también lo sabes.
Mi ser abraza a tu ser. Al que sonríe y el que llora, al
que espera y al que da. Mi ser, desde su completa unión con la divinidad te
envuelve en palabras para que puedas soltar, para que tu pasado no sea parte de
tu presente, y puedas proyectar el futuro que mereces, porque das amor, y amor
es lo que te corresponde.
Solta, perdona, pone luz sobre todo lo oscuro, sos luz,
sos una divinidad encarnada viviendo experiencias terrenales.
Ale Flores
18 de Octubre de 2019
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