En el año 1999 logré comprar mi
primer departamento, Freire 2281 4º”16”, (entre Olazabal y Mendoza), en el
barrio de Belgrano, uno de los que más me gustan de la Ciudad de Buenos Aires.
El departamento media 37 M2 en total, pero para mi era inmenso, estaba vacío de
muebles, pero lleno de mi. Era mi lugar, ahí, en los fríos inviernos me
acomodaba cerca de la única estufa que tenía y escuchaba música Budista que mis
amigos de Sorpresa y ½ me habían traído de Nepal. Nunca antes había meditado,
pero me recostaba en un puff, prendía una vela y literalmente me sentía
levitar.
Me quedaba horas así, noches
enteras, como lo hacia el año anterior viviendo en el 6º”C” del Edificio
Maliayo, situado en la Av. Principal de los Naranjos y la primera transversal,
(los Naranjos del Cafetal), Caracas, escuchando a Jai Uttal en el living del
departamento cuyo ventanal daba a una vista maravillosa del cerro Avila que
regalaba todo su esplendor, y toda su energía.
Pero volviendo a Freire, ahí, en
esa época en la que mi economía estaba destruida ya que había invertido todos
mis ahorros en el anticipo que me permitió acceder a un crédito hipotecario
para adquirir la vivienda, las cuotas y las deudas se llevaban todo mi sueldo,
pasaba frio, hambre, pero podía alcanzar esa plenitud y todo el tiempo quería
volver a ese estado, al que cada vez más tiempo quería sostener.
Hoy, 20 años después, durante
este frio invierno, en mi casa, “La Merecida”, en General Rodriguez, provincia
de Buenos Aires, escucho esa música y lo hago con un fuego encendido en el
hogar, con mi hija haciendo la tarea del colegio, mi mujer preparando el envío
de un producto suyo que acaba de vender, y 4 hermosas perras que me rodean
además de la presencia de mi querida Felicia que por siempre descansa en su
lugar.
Con mi mente en paz recreo ese
estado de plenitud, mientras escucho la misma música que en aquel entonces y me
conecta con la esencia que realmente soy, más allá del tiempo, más allá del
lugar, más allá del cuerpo y de la razón.
Donde todo es amor.
Donde todo es armonía.
Ale Flores
6 de Julio de 2019
La Merecida
Living
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