Cada día, cada alma, cada ser
encarnado tiene una misión que cumplir, no realizarla es perder tiempo de
encarnación, de evolución.
Todos los días interactuamos con
otras personas, pero hasta en la más absoluta soledad, podemos cumplir nuestra
misión.
Las personas que por cualquier
motivo están privadas de su libertad, internadas en hospitales, geriátricos o
en instituciones penitenciarias cuya voluntad es contribuir con la evolución
del planeta también pueden elevar sus vibraciones diariamente durante varias
sesiones mediante pensamientos o palabras habladas decretando:
·
La voluntad de Dios es buena.
·
La voluntad de Dios es luz.
·
La voluntad de Dios es felicidad.
·
La voluntad de Dios es paz.
·
La voluntad de Dios es pureza.
·
La voluntad de Dios es equilibrio.
·
La voluntad de Dios es bondad.
Enviando estas vibraciones al
universo logramos elevar las vibraciones colectivas limpiando y sanando las
negativas que afectan a las personas y a todo lo creado.
Las desgracias que vemos, las
tragedias que vemos en los noticieros desaparecerían si todos eleváramos
nuestras vibraciones en la luz, pero este plano es para evolucionar, la tierra
es un planeta cubierto por agua (emociones), y tierra (materia), al que venimos
a trascender las emociones que nos conectan con la materia desde nuestro cuerpo
y en adelante con todo lo creado, con todo lo creído.
Soltemos de nuestras mentes el
apego y dediquemos estos instantes diarios a elevar las vibraciones.
Lo que damos vuelve, sea en esta
o en otras encarnaciones veremos los resultados de nuestras obras.
La luz nos llama.
Ale Flores
7 de Julio de 2019
La Merecida
Living
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