La naturaleza es tan sabia que
da las naranjas cuando hace frío para que su vitamina “C” nos proteja ante las
bajas temperaturas.
Hace años planté un naranjo en
mi jardín, durante un tiempo, (no importa cuánto), no dio frutos, pero este año
estoy cosechando las primeras naranjas.
Tal vez el limonero que planté
cerca suyo lo haya estimulado a dar lo mejor de sí. El hace varios meses me
ofrece sus ricos limones, jugosos y generosos como el árbol en el que nacen.
Cuando era chico leí “Mi planta
de Naranja Lima”, fue en el departamento de mis padres donde no había sitio en
el que plantar un árbol y ver crecer sus frutos, varios años más tarde la vida
me trajo al lugar que me corresponde, a las tierras que esperaban mi llegada
cuyos nutrientes me acompañan a crecer.
Cuando era chico leí “Mi planta
de Naranja Lima”, un libro que me marcó, que me hizo emocionar hasta las
lágrimas, sin dudas fue mi primer encuentro con el arte de leer. Con esa
capacidad que tienen los escritores de trasmitir emociones en letras, de llegar
a los corazones, tocarlos y dejar en ellas semillas que el tiempo hace brotar.
Cuando era chico leí “Mi planta
de Naranja Lima”, y hoy tengo en mi jardín mis plantas de naranja y limón.
Ale Flores
9 de Junio de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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