Soy de la idea que las
vacaciones deben terminar cuando uno desea volver a casa, cuando un empieza a
extrañar los hábitos, las tareas terrenales.
Siento que el viaje termina
cuando uno disfruta haber vuelto, esto es lo que estoy viviendo tras nuestras
vacaciones, el reencuentro con Kika y Conny, con la casa, con los cambios que
produce la naturaleza sobre las plantas.
Hemos alcanzado el merecido
descanso, y de a poco retomamos nuestras tareas.
Hemos disfrutado nuevamente de
nosotros mismos, y nos volvemos a encontrar con nuestros espacios, a seguir
transitando nuestro paso por la tierra.
Los viajes nutren.
Las vacaciones reparan.
Los recuerdos quedan.
Los años pasan.
Ale Flores
9 de Marzo de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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