¿Cuál es tu sueño?
¿Cuál es el deseo más grande que
habita en tu mente, el que al sentirlo en tu corazón te recuerda que estás
vivo?
Hace 21 años la vida me dio la
posibilidad de ayudar a la gente a cumplir sus sueños. Comencé leyendo cartas
que describían sueños de todo tipo, para personas de todas las edades.
Anoche soñé algo, fue un sueño
muy vivido, se trataba de una persona a la que conocí hace un tiempo, la cual
al instante de fallecer me enteraba que no había cumplido su sueño, ella, una
mujer mayor, soñaba que alguien le regalara flores, y nunca se presentó en el
geriátrico donde paso sus últimos días, alguien que cumpliera ese deseo tan
profundo y personal. Tal vez eran pocas las personas que lo sabían, no lo sé,
lo cierto es que sus ojos se cerraron sin ver llegar ese ramo de flores que
tanto deseó.
La persona que me lo contaba, su
amiga, su confidente, la recordaba con lágrimas en los ojos, pero dibujando una
sonrisa en su rostro imaginando a su amiga recibiendo ese ramo que nunca llegó.
Yo la miraba, ella también era
una señora viejita que sonrió mostrando una belleza sin edad cuando le pregunté, ¿y cuál es tu sueño? Me miro y sin
dudarlo me dijo, “comer chocolate, acá no
me dejan, los médicos dicen que no puedo”. ¿Cómo no vas a poder comer chocolate?, le pregunte, mientras la
contemplaba postrada en su cama ortopédica, notando que su boca era una de las
pocas cosas que podía mover. Entonces, en secreto le dije “yo te voy a traer chocolate”, y ella volvió a ser niña de solo
imaginarse disfrutando uno.
Desperté de ese sueño dejándole
a la viejita que había fallecido sobre su tumba el mejor ramo de flores que
encontré. La tierra todavía estaba removida, solo un numero aseguraba que su
cuerpo descansaba ahí, no había lápida, ni placa que llevara su nombre, le deje
sus flores sobre su tumba y partí, a comprar chocolates para volver al
geriátrico.
Las lágrimas en mis ojos casi no
me dejan seguir escribiendo, siento una angustia tan grande que nunca imagine
que podía sentir por algo que soñé, pero no quiero terminar este texto de este
modo, quiero permitirme pedirte que les preguntes a tus seres queridos ¿Cuál es
tu sueño?, y que los ayudes a cumplirlos, muchos son simples, como un
chocolate, o un ramo de flores, y muchas veces son nuestras propias
limitaciones las que no nos los dejan vivir.
Cumplí tus sueños, y ayuda a
otros a alcanzar los suyos, veras que la vida te hace eternamente feliz.
Ale Flores
23 de Diciembre de 2018
La Merecida
Silla Azul
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Altar de Fuego
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