Hace rato estoy pensando que
hacer, donde ir. Llenando mi mente de “tengo que” en lugar de hacer lo único
que debo hacer hoy, que es esto, escribir.
Escribir me hace bien y el ego
boicotea todo lo que nos hace bien. Nos pone trabas ante el crecimiento, el ego
nos quiere preocupados, temerosos, ansiosos ya que así nos puede manipular.
La libertad es liviana, vuela en
el aire y cruza fronteras del hombre, fronteras de las mentes.
El ego pone límites, señala,
critica, se defiende.
El ser late, vibra, respira,
observa, sonríe, espera, acepta.
El ego quiere ser, en realidad
el ego quiere parecer.
No escribo para que lean,
escribo para sanar, para quitar de mi mente todos los estímulos creados por mi
ego a partir de vibraciones externas.
El ser es el sol que las nubes
del ego intentan tapar, pero su luz es tan poderosa que ilumina atravesando el
tamiz de las nubes por más densas que puedan ser.
Siempre que llovió paro.
A cada noche le sucede un día.
No importa lo que tu ego te
quiera hacer creer, todo pasa y esto también pasará.
Todo termina y esto también
terminará. Como este texto que ya casi llega a su fin. Fin que dará inicio a
otro texto.
Todo está en constante cambio,
todo es evolución.
Ale Flores
5 de Agosto de 2018
La Merecida
Living
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