Después de una fuerte tormenta
las velas de mi altar, que recibieron abundante agua, no encienden fácilmente.
Sus pabilos están empapados y el agua impide que el fuego las encienda. En
algunos casos debo acercarles varias veces otra llama para que finalmente su
luz las haga brillar.
Lo mismo nos sucede a nosotros,
cuando estamos desbordados por las emociones no percibimos la luz de otros y
esa luz no logra encender la nuestra.
Sin embargo si la luz del sol
les da durante un tiempo, los pabilos de las velas se secan y encienden
fácilmente. Igual que nosotros, cuando estamos inmersos en las emociones
necesitamos re-sol-ver = volver a ver el sol.
El simbolismo esta en todo, el
universo se manifiesta en todo y en todos, solo es cuestión de observar, no
solo mirar, observar de observación, observo la acción.
Ya las velas de mi altar están
encendidas, el sol se refleja en los charcos que dejo la tormenta de ayer, y yo
escribo bajo el hermoso alcanfor.
Contemplado.
Observando.
Ale Flores
24 de Marzo de 2018
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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