martes, 2 de enero de 2018

Mi recompensa es tu sonrisa



Y de pronto, una mañana de sábado, en los últimos escalones del piso 2017, alguien me envía un texto que escribí en el 2012 y lo leo como si fuera un lector, no quien lo escribió. Comprendo que esas palabras brotaron de mi ser superior, y justamente su efecto en mi es el mismo que sintieron quienes lo sintieron.

“Mi recompensas es tu sonrisa”, dice, y es realmente lo que me pasa cuando puedo cambiar las vibraciones de alguien con mis palabras, con una mirada, o un abrazo.

Muchas veces para comprender debo ser permeable, para empatizar tengo que sentir, y todo pasa, pero algo queda, y que queda va formando lo que soy, lo que recibimos forma quienes somos.

Si alguno de mis textos sirvió para abrir un corazón cerrado, si fue oxigeno en una chispa divina y con ese soplido volvió a encender su llama, puedo descansar en paz, puedo elevarme tranquilo.

Ale Flores
30 de Diciembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado

Altar de Fuego


El texto al que hice referencia es este:

“Yo soy otro tu”

Mi recompensa es la sonrisa de tu alma.

Ese brillo que sale por tus ojos, cuando las palabras que plasmó en mis textos llegan a tu ser.

Cuando la energía que irradio en cada letra conecta con tu energía, y juntas, se nutren.

Lo que te doy me llega.

Tu respuesta la recibo.

Cuando leo tus comentarios el efecto de tus palabras es el mismo que se que las mías tuvieron en vos.

Aunque no escribas nada, aunque no me respondas, la energía me nutre, y hace que hoy haya tenido que dejar de hacer lo que estaba haciendo para buscar el ámbito apropiado donde escribir, donde dejar que mi espíritu comande mi cuerpo para plasmar palabras que salen de mi alma. Que atravesarán este universo virtual llamado web y llegaran a vos, exactamente cuándo deban llegar, exactamente en el momento en que nuestras energías se encuentren en esta común unión de almas, en esta reunión de seres de luz que juntas evolucionan al aceptarse.

Mi recompensa es que tu ser irradie la misma energía que mi ser irradia, y que con esa luz, ilumines. Te ilumines.

Mi recompensa es tu sonrisa, la que en este momento se dibuja en tu rostro, la que en este momento alegra tu espíritu, esta sensación de haber dejado todo de lado con el simple propósito de conectar con el aquí y ahora donde vos y yo, somos.

Podrán haber cientos de almas leyendo esto, pero en nuestra esencia seremos uno, porque somos uno, porque la unidad es nuestra esencia, y esa esencia es amor.

Ya esta, hice mi tarea.

Libere las energías que debía liberar, permití que mi ser se expresara, siento el mismo alivio que sentís vos, siento la misma paz, el mismo amor.

Mis pies giran haciendo girar los pedales de esta bicicleta que siempre ofrece el mismo paisaje, el cual desaparece ya que mis ojos fijan su atención en la pantalla de mi teléfono, donde escribo las últimas palabras que completarán este texto, que me llevo algo más de 10 minutos escribir, 39 años de experiencia en esta vida, y todas mis encarnación anteriores.

Te dejo lo que sentís que te dejo.

Porque ya sabes que es lo que te he venido a traer.

Que lo disfrutes.

Que lo irradies.

Que lo compartas.

Que lo evoluciones.

Te dejo en paz.

Te dejo en luz.

Aunque en realidad, siempre estamos unidos.

Somos uno.

Yo soy otro tu.


Ale Flores
5 de Julio de 2012

Reflexiones de Brazos
(Notas de gimnasio)

Enviado a través de un dispositivo BlackBerry® de Personal






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