Y de pronto, una mañana de sábado,
en los últimos escalones del piso 2017, alguien me envía un texto que escribí
en el 2012 y lo leo como si fuera un lector, no quien lo escribió. Comprendo
que esas palabras brotaron de mi ser superior, y justamente su efecto en mi es
el mismo que sintieron quienes lo sintieron.
“Mi recompensas es tu sonrisa”, dice,
y es realmente lo que me pasa cuando puedo cambiar las vibraciones de alguien
con mis palabras, con una mirada, o un abrazo.
Muchas veces para comprender
debo ser permeable, para empatizar tengo que sentir, y todo pasa, pero algo
queda, y que queda va formando lo que soy, lo que recibimos forma quienes
somos.
Si alguno de mis textos sirvió para
abrir un corazón cerrado, si fue oxigeno en una chispa divina y con ese soplido
volvió a encender su llama, puedo descansar en paz, puedo elevarme tranquilo.
Ale Flores
30 de Diciembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
El texto al que hice referencia
es este:
“Yo soy
otro tu”
Mi recompensa es la sonrisa de
tu alma.
Ese brillo que sale por tus
ojos, cuando las palabras que plasmó en mis textos llegan a tu ser.
Cuando la energía que irradio en
cada letra conecta con tu energía, y juntas, se nutren.
Lo que te doy me llega.
Tu respuesta la recibo.
Cuando leo tus comentarios el
efecto de tus palabras es el mismo que se que las mías tuvieron en vos.
Aunque no escribas nada, aunque
no me respondas, la energía me nutre, y hace que hoy haya tenido que dejar de
hacer lo que estaba haciendo para buscar el ámbito apropiado donde escribir,
donde dejar que mi espíritu comande mi cuerpo para plasmar palabras que salen
de mi alma. Que atravesarán este universo virtual llamado web y llegaran a vos,
exactamente cuándo deban llegar, exactamente en el momento en que nuestras
energías se encuentren en esta común unión de almas, en esta reunión de seres
de luz que juntas evolucionan al aceptarse.
Mi recompensa es que tu ser
irradie la misma energía que mi ser irradia, y que con esa luz, ilumines. Te
ilumines.
Mi recompensa es tu sonrisa, la
que en este momento se dibuja en tu rostro, la que en este momento alegra tu
espíritu, esta sensación de haber dejado todo de lado con el simple propósito
de conectar con el aquí y ahora donde vos y yo, somos.
Podrán haber cientos de almas
leyendo esto, pero en nuestra esencia seremos uno, porque somos uno, porque la
unidad es nuestra esencia, y esa esencia es amor.
Ya esta, hice mi tarea.
Libere las energías que debía
liberar, permití que mi ser se expresara, siento el mismo alivio que sentís
vos, siento la misma paz, el mismo amor.
Mis pies giran haciendo girar
los pedales de esta bicicleta que siempre ofrece el mismo paisaje, el cual
desaparece ya que mis ojos fijan su atención en la pantalla de mi teléfono,
donde escribo las últimas palabras que completarán este texto, que me llevo
algo más de 10 minutos escribir, 39 años de experiencia en esta vida, y todas
mis encarnación anteriores.
Te dejo lo que sentís que te
dejo.
Porque ya sabes que es lo que te
he venido a traer.
Que lo disfrutes.
Que lo irradies.
Que lo compartas.
Que lo evoluciones.
Te dejo en paz.
Te dejo en luz.
Aunque en realidad, siempre
estamos unidos.
Somos uno.
Yo soy otro tu.
Ale Flores
5 de Julio de 2012
Reflexiones de Brazos
(Notas de gimnasio)
Enviado a través de un
dispositivo BlackBerry® de Personal
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