_¿Pibe estas tocando la
guitarra?
Me preguntaba mi abuelo Severo
Ángel Spagnoletti cada vez que lo visitaba.
Mi respuesta variaba y la
conversación seguía como si esa fuera una pregunta más dentro de unas charlas
hermosas. Hasta que un día le pregunté porque me hacia siempre la misma pregunta
y su respuesta fue sabia:
_Uno toca cuando está
bien, cuando estas mal ni pensas en la guitarra.
Ayer en un placard de mi casa
encontré la guitarra que fue suya, hace años que no la toco, y muchas meses han
pasado desde la última vez que encendí el teclado que compré, con el cual soñé
durante muchos años.
Me siento bien, (creo que estoy
bien), pero sé que hay un mar de fondo del que pocas veces soy consciente, un
mar de fondo que no me permite conectarme con un instrumento musical y hacer
sonar mi música.
Si bien escribo mucho (y este es
el modo en el que hago vibrar los sonidos de mi alma), las ultimas semanas he
resignado hasta este espacio. Hoy vuelvo a escribir en mi altar de fuego
después de unas semanas por haberle dedicado este tiempo sagrado a cuestiones
terrenales.
Por eso me propuse darme el
tiempo necesario para hacer sonar las vibraciones de mi corazón, mi abuelo
Severo representó mucho y su presencia es fundamental en mi vida, cada día lo
recuerdo en el recuerdo de todos mis seres queridos desencarnados, cada día su
presencia es presente en mi.
Una forma de hacer que la
presencia de nuestros seres queridos que partieron estén con nosotros es
conectar con sus vibraciones desde nuestros pensamientos, desde nuestras
emociones, recordar sus palabras, sus consejos, sus gestos de amor, de
comprensión, y transmitir lo que nos dieron a otros, para que su sabiduría siga
de generación en generación.
Mi abuelo es eterno en mi, y sus
enseñanzas forman parte de mis textos, los que escribo para eternizar mi paso
por la tierra, de la que todos mis seres queridos desencarnados ya forman
parte, tierra en la que se fundirá mi cuerpo cuando ya haya escrito todo lo que
vine a plasmar en letras.
Escribir para mi también es un
modo de equilibrarme, tal vez hoy vuelva a tocar la guitarra, lo que estoy
seguro es que las vibraciones de mi abuelo están en estas letras que dejo aquí,
y si respiro conscientemente absorbo también las que habitan en el aire.
Ale Flores
9 de Diciembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
No hay comentarios:
Publicar un comentario