Las almas somos frágiles.
Somos hermosas como lo es la
belleza de un colibrí, pero a la vez frágiles y nuestro espíritu nos brinda la
protección que necesitamos para transitar la tierra. Esa protección la
manifestamos en nuestra apariencia física, algunos parecemos fuertes y robustos,
pero en nuestras almas habita la misma fragilidad que en la de cualquiera.
Somos frágiles porque somos
eternos, nada nos puede destruir, pero a la vez absorbemos todo lo que nos
rodea, nos nutrimos de todo aquello con lo que interactuamos, vamos evolucionando
y cada paso nos da más y más luz.
Hay almas que están más
evolucionadas que otras, todas brillan, al igual que las estrellas que aunque
algunas sean invisibles al ojo humano, están ahí, brillando en una aparente
oscuridad.
Me encanta llegar a la
fragilidad de las almas porque ahí todos somos uno, todos somos iguales.
En ese punto un abrazo es
alimento.
Una mirada es un encuentro.
Un beso es eternidad.
Ale Flores
17 de Noviembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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