Prefiero enseñar a nadar en
lugar de repartir salvavidas. Pero si tengo que soplar las velas de una
embarcación que siente que hasta el viento se olvido de ella, soplaré con
letras su espíritu para que abra sus alas y vuele libre sobre las aguas de las
emociones.
Son muchas las almas que se
acercan y acercaron, pero pocas las que realmente abrieron sus corazones, cada
uno hace lo que puede, y yo hago lo mío. Algunas veces solo puedo sacar a la
luz algún texto que navegando por las redes se encuentre con los ojos de quien
lo estaba buscando.
Hace tiempo supe que esta tarea
es mi misión, la misión de mi vida, la que me trajo a la tierra, la que se
ocupa de resolver todos mis problemas.
Necesito tiempo para dedicarles
a las almas que se están ahogando, como sentí ahogarme yo, antes de iniciar mi
camino.
Conozco el sufrimiento como lo
conocen pocos, por eso me atrae quien sufre, quien espera una ayuda, una mano,
un consejo.
Me atraen las almas que
necesitan un abrazo, un abrazo que lleve consigo el amor que es la fuerza que
da vida a todo lo que atraviesa el tiempo.
Estoy aquí, y mientras esté
quiero servir, porque mis textos ya son eternos. Como es eterno el amor que
supe dar, cuando encontré en mi camino, corazones abiertos.
Ale Flores
16 de Septiembre de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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