Encendé una vela y mirala, no
hagas nada más que contemplar su fuego, fundíte en su fuego, quedate
observándola.
Lleva a esa llama todas tus
preocupaciones, tus miedos, tus inseguridades.
Lleva todo lo que queres dejar
atrás, las cargas de tu mochila con las que ya no queres cargar.
Quema en esa llama tus
prejuicios personales y sociales, los juicios ajenos sobre tu personalidad. Tus
miedos familiares, laborales, tus fobias.
Pedile a ese fuego las energías
que necesitas para sanarte, para salir adelante, para crecer y evolucionar.
Lleva el fuego a tu mente para
que tus pensamientos se iluminen.
Llevalo a tu corazón, para que
se active tu llama divina. Un fuego enciende a otro fuego y con tu llama
encendida otros fuegos arderán.
Quedate frente a este fuego, ya
no necesitas nada, solo dejando que tu alma se funda en su brillo sanarás tu
espíritu y volverá a brillar.
El brillo de la llama se está
grabando en tu mirada, te darás cuenta que esto es cierto cuando nuevas puertas
se abran frente a vos.
Te dejo mirando el fuego, deja
tu mente en silencio, quedate el tiempo que quieras, este tiempo es para vos.
Ale Flores
2 de Abril de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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