Comenzá a respirar profundo, ya
sabes, toma aire por la nariz, retenelo unos instantes y liberalo lenta-mente,
suave-mente, no te voy a decir durante cuánto tiempo, ni cuantas veces, trata
que no sean menos de 40, pero que sea a tu tiempo, a tu ritmo, te vas a
preparar para una sanación.
Si podes encendé un sahumerio,
una vela y pone algo de música suave para que las vibraciones del lugar
acompañen el cambio de tu vibración.
Seguí respirando un poco más,
hasta que sientas que tus pensamientos se frenaron, y que estés en paz.
Lo que te voy a proponer es un
baño para tu espiritu, así que te invito a visualizarte frente a una bañera de
cuya ducha caiga agua a una temperatura agradable. Entra en esa bañera y deja
que el agua caiga sobre tu cabeza y vaya mojando todo tu cuerpo, quedate unos
instantes sintiendo el agua caer sobre tu cabeza y desde ella deslizándose por
toda tu piel hasta llegar al piso de la ducha, en donde se va por el desagüe.
Empezá a frotar tu cabeza con
las yemas de tus dedos, hacelo mientras lees, frota suavemente todo tu cuero
cabelludo masajeándolo. A tu tiempo lleva tus manos a tus orejas y con las
yemas dales un suave masaje, después llevalas a tu cara, y suave-mente
acariciala retirando de ella con la ayuda del agua todas las energías que no
necesitas de tus ojos, de tu nariz, de tu boca, de tu frente, lleva tus manos a
la nuca y límpiala, al igual que tu cuelo.
Baja al pecho, limpia tu
corazón, tus pulmones, tus hombros, brazos, manos.
Limpia tu estomago, tus riñones,
tu hígado, tu vaso sanguíneo, tu páncreas, frota donde sientas que temes que
retirar energías negativas retenidas, si lo haces de manera consiente tus manos
se detendrán donde más tengas que trabajar.
Cuando sea el momento seguí
limpiando tus intestinos, tus genitales.
Gira para que el agua caiga
sobre tu espalda y sentí como retira todas las energías del pasado con las que
ya no queres cargar.
Limpia tus piernas, que te
sostienen sobre el planeta.
Tus pies que te permiten
avanzar.
Quedate bajo ese chorro de agua
todo el tiempo que quieras hasta que sientas que tu cuerpo ya está limpio y tu
espiritu limpio estará.
Cuando sea el momento, cerrá las
llaves de agua y al descorrer la cortina del baño te estará esperando tu madre,
la Virgen Maria con un manto blanco radiante que te ofrece para que seques tu
cuerpo. Tomalo de sus manos y envolvete en él.
Quedate todo el día con tu
cuerpo envuelto en ese manto, es tuyo. Cada vez que necesites uno la virgen te
esperara en tu visualización creativa para entregarte otro radiante del color
que necesites trabajar. Hoy es blanco ya que estamos trabajando la pureza.
Mirando a la virgen dale gracias
por su manto, el que te colocó muchas veces cuando le pediste protección.
La virgen siempre te está
esperando, como te esperará esta técnica que te regalo hoy.
Ale Flores
1 de Abril de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de fuego
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