No me puedo hacer cargo de todo
el mundo, y tampoco me corresponde hacerlo.
No puedo ser responsable de lo
que piensan, de lo que sienten, de lo que hacen.
Acompaño a muchas almas en el
camino de la evolución, y cada una es responsable de su crecimiento, como
nosotros del nuestro.
No podemos llevar las cargas de
todos, no debemos hacerlo, ya que eso les quita la posibilidad de aprender.
Podemos ayudar a alguien con sus cargas si nos pide ayuda, pero es solo una
ayuda, no hacernos cargo de ellas.
Somos responsables cuando no
hacemos nada para perjudicar a otros, ni siquiera a nosotros mismos.
Somos responsables de nuestros
actos pero no de la interpretación de terceros sobre ellos.
Soy responsable de lo que
interpreto en tus palabras, pero no de lo que ellas contienen.
Sos responsable de lo que
interpreta tu mente cuando recibís mis palabras, pero no lo sos de mi tarea de
escribirlas.
Ahí radica la base de nuestra
convivencia.
Lo que nos hace humanos.
Lo que nos hace hermanos.
Ahí radica lo que nos une, y lo
que nos separa, todo está vinculado directamente a la palabra y su
interpretación.
Con una palabra se declara una
guerra.
Con una palabra se sana un alma.
Si bien las almas no se enferman
ya que habitan en la pureza, cada una está en proceso de evolución y lleva
consigo su Karma y Dharma. Cuando cortamos el ciclo de venganza que nos une en
el Karma sanamos el vinculo y florece el Dharma.
Si devolvemos afecto a lo que
calificamos como agresión cortamos la cadena del Karma y crecemos haciendo de
este modo que crezcan otros.
Estamos en proceso de evolución.
Este es el proceso de evolución.
Ale Flores
8 de Mayo de 2016
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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