Me acuerdo que hace muchos años, cuando estaba en la escuela primaria, le tenia terror a la maestra de 3º grado, se llamaba Jorgelina, era una señora mayor que usaba puntero, en esa época el puntero ya no se usaba y había escuchado historias de maestros que les pegaban a sus alumnos con ellos. La veía en los recreos cuando aun estaba en segundo grado y me daba miedo, era seria, parecía siempre enojada. Fue duro el primer día de clase, y el segundo, el tercero…. pero a medida que fueron pasando los días conocí a una gran persona que tenia una gran pasión por la enseñanza, había pasado la mayor parte de su vida educando y sabia perfectamente en que momentos mostrar cada una de las facetas que conformaba su personalidad, lejos de temerle la adoré.
Más tarde entré a la escuela secundaria y ahí estaba el jefe de preceptores, Guido Terzano, hacia 35 años que trabajaba en el colegio Nacional Nº 12 Reconquista del barrio Villa Urquiza, metía miedo verlo, era la ley personificada dentro del colegio, nos hicimos amigos, a tal punto que durante varios años, después de haber terminado el colegio, pase por ahí únicamente a tomar un café con él para saludarlo y a recordarle mi aprecio hacia su persona.
Después comencé a trabajar, cuando en mi primer trabajo me pidieron que “de un paso al costado” sentí que el mundo se derrumbaba, había puesto tantas energías en ese empleo que sentía que era mi lugar en el mundo, me sentía como un pez en el agua, pero la decisión fue inapelable, el ciclo había terminado y para mi, con él se terminaba mi vida, tarde un tiempo hasta encontrar otro empleo en el que me sintiera cómodo, fue ahí cuando sentir que el paso anterior había sido eso, un paso, pero que mi vida no había terminado ahí, que la vida seguía, tenia una nueva vida.
Seguí trabajando, dando lo mejor de mi, poniendo todas mis energías en lo que hacia, cosechando amores y odios, ya que cuando uno hace de su trabajo su vida, pone todo y a veces cuesta comprender que la vida es la vida, y que el trabajo es parte de ella, eso lo entendí después, cuando comencé con Reiki, cuando tome contacto con la energía vital universal y sentí que el verdadero poder no habitaba en la tierra, el verdadero poder habitaba en el universo y que yo podía ser canal de esa energía para sanarme y ayudar a otros a sanarse.
Esa unión con el fuego me fue alejando de las creencias sobre los poderes terrenales, deje de temerles a los jefes, deje de temerle a la posibilidad de perder mis empleos, ya que sabía que el universo se encargaría de conducir mis pasos por el sendero correcto para que mi misión se cumpla.
Hoy, 6 años después de haberme iniciado como Reikista siento que mi trabajo es para Dios, que mi jefe es Dios, que lo único que debo hacer es hacer mis tareas con responsabilidad en todos los ámbitos de la vida, que debo dar lo que recibo, que debo fluir con el universo y conectarme con mi propia fuente ante cualquier adversidad para encontrar la respuesta.
Se que el único poder es Dios y habita en mi corazón.
Quiero darle las gracias a todos los que pasaron por mi vida en estos 37 años, a todos los que llegaran y a todos los que se alejaran, quiero agradecerles porque se que soy quien soy gracias a lo que ellos fueron con migo, quiero darle las gracias a mi espíritu, a mi ser superior, ya que ellos fueron los que me guiaron a comprender lo que comprendí de cada vivencia.
Quiero darle gracias a Dios por la maravilla que es vivir.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia Vos.
Soy Reiki
Yo Soy
Al escribir esto busque puse en Google Guido Terzano y encontré esto, lo comparto en honor a su maravilloso ser:
Quiero brindar un recuerdo a Guido Terzano. Al ser humano, al educador sin separarlo de la historica Jefatura de Celadores del Reconquista del 60 al 80.Si es cierto que el tiempo agiganta el mito, " el Tano " era mito en tiempo real, administraba disciplina por valores y no por rigores, predicaba con el ejemplo, siempre al frente, nunca un renunció ni una agachada, varón de varones, el más toro del patio con su presencia firme y el grito innominado, eh usted, congelaba las risotadas y conseguía el silencio por consenso, mezclando las artes de la autoridad con la base moral de sus convicciones. Este hombre solo, sin patotas, sin amenazas enderezaba los rumbos de los jóvenes cimarrones de muchas promociones. Y así lo recuerdo hábil y duro en la cancha, paternal en el mano a mano. Eran famosas sus razzias por el Aeroplano y otros aguantaderos de los alrededores, hasta allí nos iba a buscar conocedor y nos emparejaba para el Colegio. Maestro sin igual en esa difícil tarea de marcar los límites a los que los necesitabamos y de acompañar a los que no se animaban a traspasarlos. Su juicio era inapelable porque siempre te sorprendía en orsay y no se guiaba por presunciones. También era docente de alguna materia que no recuerdo, pero eso es lo de menos, su valor innato era la autoridad, casi como la de un padre.Si lo conociste sabes de lo que hablo, si no a través de estas letras traté de pintartelo en cuerpo y alma.
Más tarde entré a la escuela secundaria y ahí estaba el jefe de preceptores, Guido Terzano, hacia 35 años que trabajaba en el colegio Nacional Nº 12 Reconquista del barrio Villa Urquiza, metía miedo verlo, era la ley personificada dentro del colegio, nos hicimos amigos, a tal punto que durante varios años, después de haber terminado el colegio, pase por ahí únicamente a tomar un café con él para saludarlo y a recordarle mi aprecio hacia su persona.
Después comencé a trabajar, cuando en mi primer trabajo me pidieron que “de un paso al costado” sentí que el mundo se derrumbaba, había puesto tantas energías en ese empleo que sentía que era mi lugar en el mundo, me sentía como un pez en el agua, pero la decisión fue inapelable, el ciclo había terminado y para mi, con él se terminaba mi vida, tarde un tiempo hasta encontrar otro empleo en el que me sintiera cómodo, fue ahí cuando sentir que el paso anterior había sido eso, un paso, pero que mi vida no había terminado ahí, que la vida seguía, tenia una nueva vida.
Seguí trabajando, dando lo mejor de mi, poniendo todas mis energías en lo que hacia, cosechando amores y odios, ya que cuando uno hace de su trabajo su vida, pone todo y a veces cuesta comprender que la vida es la vida, y que el trabajo es parte de ella, eso lo entendí después, cuando comencé con Reiki, cuando tome contacto con la energía vital universal y sentí que el verdadero poder no habitaba en la tierra, el verdadero poder habitaba en el universo y que yo podía ser canal de esa energía para sanarme y ayudar a otros a sanarse.
Esa unión con el fuego me fue alejando de las creencias sobre los poderes terrenales, deje de temerles a los jefes, deje de temerle a la posibilidad de perder mis empleos, ya que sabía que el universo se encargaría de conducir mis pasos por el sendero correcto para que mi misión se cumpla.
Hoy, 6 años después de haberme iniciado como Reikista siento que mi trabajo es para Dios, que mi jefe es Dios, que lo único que debo hacer es hacer mis tareas con responsabilidad en todos los ámbitos de la vida, que debo dar lo que recibo, que debo fluir con el universo y conectarme con mi propia fuente ante cualquier adversidad para encontrar la respuesta.
Se que el único poder es Dios y habita en mi corazón.
Quiero darle las gracias a todos los que pasaron por mi vida en estos 37 años, a todos los que llegaran y a todos los que se alejaran, quiero agradecerles porque se que soy quien soy gracias a lo que ellos fueron con migo, quiero darle las gracias a mi espíritu, a mi ser superior, ya que ellos fueron los que me guiaron a comprender lo que comprendí de cada vivencia.
Quiero darle gracias a Dios por la maravilla que es vivir.
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia Vos.
Soy Reiki
Yo Soy
Al escribir esto busque puse en Google Guido Terzano y encontré esto, lo comparto en honor a su maravilloso ser:
Quiero brindar un recuerdo a Guido Terzano. Al ser humano, al educador sin separarlo de la historica Jefatura de Celadores del Reconquista del 60 al 80.Si es cierto que el tiempo agiganta el mito, " el Tano " era mito en tiempo real, administraba disciplina por valores y no por rigores, predicaba con el ejemplo, siempre al frente, nunca un renunció ni una agachada, varón de varones, el más toro del patio con su presencia firme y el grito innominado, eh usted, congelaba las risotadas y conseguía el silencio por consenso, mezclando las artes de la autoridad con la base moral de sus convicciones. Este hombre solo, sin patotas, sin amenazas enderezaba los rumbos de los jóvenes cimarrones de muchas promociones. Y así lo recuerdo hábil y duro en la cancha, paternal en el mano a mano. Eran famosas sus razzias por el Aeroplano y otros aguantaderos de los alrededores, hasta allí nos iba a buscar conocedor y nos emparejaba para el Colegio. Maestro sin igual en esa difícil tarea de marcar los límites a los que los necesitabamos y de acompañar a los que no se animaban a traspasarlos. Su juicio era inapelable porque siempre te sorprendía en orsay y no se guiaba por presunciones. También era docente de alguna materia que no recuerdo, pero eso es lo de menos, su valor innato era la autoridad, casi como la de un padre.Si lo conociste sabes de lo que hablo, si no a través de estas letras traté de pintartelo en cuerpo y alma.
Link: http://weblogs.clarin.com/puebloapueblo/archives/2006/07/la_pelota_en_el_recuerdo.html
PD: “El Tano” era profesor de taquigrafía, tuve el honor de tenerlo también como docente en primer año.
"La vida es un regalo, el envoltorio es la mente, solo hay que abrirla para disfrutar el presente."
PD: “El Tano” era profesor de taquigrafía, tuve el honor de tenerlo también como docente en primer año.
"La vida es un regalo, el envoltorio es la mente, solo hay que abrirla para disfrutar el presente."