Con 52 me empiezo a despedir de este mundo cruel, y no es que sea fiel a lo que siento, lo hago por estar contento por todo lo que he logrado, lo poco que he alcanzado me sirve para saber que si se quiere se puede, que los límites son de la mente, que el ser no tiene final.
Escribo para dejar en letras mi testimonio, el de alguien a quien el demonio jamás pudo atrapar más habiendo caído en sus trampas supo que no hay distancias entre Dios en la unidad. Que el cristo habita en nosotros, que nadie es igual al otro y eso lo hace sinigual.
Y con estas palabras me voy. Pues ya está dicho lo dicho. Conmigo me llevo el dicho que el poeta supo cantar, caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Ale Flores
7 de septiembre de 2025
La Merecida
Living
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